Rojas señales ante la ausencia
Crónica de una
manifestación en Sevilla, 14-D de 2008
JM Delgado
JM Delgado
15 de diciembre de 2008
(publicado en Democracia Comunista)
(publicado en Democracia Comunista)
La mañana
era horrible, un viento helado en un cielo gris amenazando lluvia, un tiempo
para un acantilado nórdico y brumoso, ("Hago rojas señales sobre tus ojos a usentes, que olean como el mar a la orilla de un faro") salimos Vieja
Compañera, Rafael y yo (entre los tres sumamos 180 años, algo desigualmente
repartidos), temprano, a las 11:45' avistamos a un numeroso grupo concentrado
frente al hospital de San Lázaro, eran ya un par de centenares, buen presagio. Los primeros con los que topamos eran del SOC, venían
de Los Molares, Marinaleda, El Coronil, Morón, un autobús que llegó también de
Rota, algo detrás los de Corriente Roja, algo mas allá los de Espacio
Alternativo con la pesada carga de refundar un partido de pretensiones hegemónicas,
electorales, al fondo un numeroso grupo de la CNT, que por primera vez acudía a
una manifestación unitaria, con la mirada buscaba a los mios, los de la
fábrica, de la CGT, al paso nos saludábamos con compañeros de todas las
organizaciones, nadie nos quiere mal, pensé, les caen bien los viejos
militantes, nos respetan, tampoco se nos conoce como sectarios, eso es bueno,
pienso, compartir simpatias con Rosa Luxemburgo, a la que casi nadie quiere
mal.
Rafael saca las octavillas que habiamos preparado, la misma que preparamos para el Mass Strike nº1, reducida y con el anverso el dibujo de Rosa de Helios Gómez[1] Vieja Compañera dijo que lo guardara que todos los presentes ya venían con sus organizaciones y no era cosa de ponerse a hacernos la competencia, mejor irlas repartiendo al paso de la manifa, en las inmediaciones del Hospital Universitario, estuvimos de acuerdo, ello no me impidió cambiar cromos, de Mi Santa, les decía con una sonrisa, con los del PCPE, Corriente, etc., y sorprender a algún compa que no veía hacía tiempo. "-.Con Rosa, claro, con los luxemburguistas, ahí que hemos montado el chiringo, nada de partidos, sin jerarquía, para empujar un poco contra Esto, contra el Capital de los cojones".
Rafael saca las octavillas que habiamos preparado, la misma que preparamos para el Mass Strike nº1, reducida y con el anverso el dibujo de Rosa de Helios Gómez[1] Vieja Compañera dijo que lo guardara que todos los presentes ya venían con sus organizaciones y no era cosa de ponerse a hacernos la competencia, mejor irlas repartiendo al paso de la manifa, en las inmediaciones del Hospital Universitario, estuvimos de acuerdo, ello no me impidió cambiar cromos, de Mi Santa, les decía con una sonrisa, con los del PCPE, Corriente, etc., y sorprender a algún compa que no veía hacía tiempo. "-.Con Rosa, claro, con los luxemburguistas, ahí que hemos montado el chiringo, nada de partidos, sin jerarquía, para empujar un poco contra Esto, contra el Capital de los cojones".
Así que
cambiando estampas de La Santa se fue formando el cortejo, la peña del
sindicato empezó a repartir banderolas rojinegras, cogí la mía, nos pegamos la
pegatina y salimos ya algo detrás de la pancarta de cabecera, alguien me dijo
que me pusiera en la cabeza sujetando también la pancarta, lo hice, contra mi
costumbre, pero pensé que representaba a Democracia Comunista, que figuraba
como convocante y firmante también del cartel, nada tenía que ver que me
gustara poco o nada chupar cámara, así estuve un rato, con el dibujo de La
Santa bien visible, a ver si salía en alguna foto. Aquello se animaba, mucha
gente, mucha, con muy ánimo, nadie iba a salir decepcionado de aquello ("Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes a tus ojos oceánicos" ) , a mi lado Sánchez Gordillo, el
alcalde de Marinaleda, sostenía su trozo de pancarta, viejos conocidos, le dije
mientras un periodista gráfico le fotografiaba. "- Mira que bien, así
podré decir a mis camaradas lejanos, ese soy yo, el que está a la izquierda de
Sánchez Gordillo", se rió, quizás pensara que en las fotografías se
produce el efecto espejo, es igual, cada uno sabe donde se encuentra y delante,
el lienzo que sujetábamos entre todos iba tomando consistencia de recia
barricada. Sostuve claramente el cromo de La Santa y le grité a un fotógrafo
del SAT, conocido, ".- ¡Sacame bien
que tengo que justificar ante los compas luxemburguistas el sueldo de
liberado", ya se reía.
Pasando
entre los barrios de migrantes, La Carrasca, Hermandad del trabajo, El Cerezo,
por la corta y ancha Avda de San Lázaro, dejé la cabecera y salí a los márgenes
repartiendo octavillas, indios puros, peruanos, bolivianos, de Ecuador, mujeres
bajitas que miran con tristeza infinita ("de tu mirada emerge a veces la costa del espanto" ) quizás recuerden
el mar asimismo brumoso y amenazante de la costa peruana, el mar ausente de
Bolivia, ¡de tan lejos y aquí atrapados, explotados, amenazados! La
manifestación crecía, crecía y ya éramos miles cuándo comenzó a llover en el
cruce con Ronda de Pio XII, una mujer con un megáfono decía que ella era mora y
llevaba aquí 25 años..., - ¿pero de verdad se fueron los moros del todo?, pensé
- desde la furgoneta un compa con pañuelo en la cabeza gritaba que la crisis la
paguen los capitalistas, le llamaba a Chaves y Zapatero embusteros, yo seguía
por los bares y la numerosa gente que miraba el paso de la manifa repartiendo
los panfletos, no veía a Vieja Compañera, ella llevaba un par de paraguas
pequeños y me estaba mojando la cabeza de aquella lluvia helada ("Allí se estira y arde en la más alta hoguera mi soledad que da vueltas los brazos como un náufrago"). Desde
un megáfono alguien empezó a cantar un himno, no era la Internacional, en mi
cabeza resonaba aquél que era himno o casi en la voz de Paco Ibáñez, poema VII
de Pablo Neruda: "Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas
que centellean como mi alma cuando te amo", le dije sin hablar a una
adolescente ecuatoriana y me dio las gracias.
Buscaba a
Compañera ya cerca del Hotel Macarena, la encontré y alborozada me instó a
mirar hacia el final de la manifa desde la mediana, dos peldaños elevada sobre
la calzada, no se veía el final, solo apretadas filas que se doblaban todavía
por la Ronda de Pio XII, ¡eramos gozosa, entusiasmadamente miles!, no se
cuantos, conté 10, 12 manifestante por fila, dos filas por metro, apretadas, y
se extendía mas de 200 metros, eso hacía al menos 4000, ¡mas gente aún que el
1º de mayo! que elegimos el mismo itinerario, por este que empieza a
consolidarse bloque de izquierdas anticapitalista, desde el SOC-SAT hasta la
CGT, todos los trotskos, o casi, y el Foro Social que cubre huecos,
intersticios, que le llega a gente rebotada de los partidos, estudiantes en
lucha, contra Bolonia, un compa me dijo de quedar a tomarnos unas cervezas
cuándo acabara, imposible, le dije, me tengo que ir ya mismo al curro, ¡me toca
turno de tarde!, hoy domingo, sí, casi por huevos, pero solo trabajo 19 dias al
mes, mañana lunes, como todos los meses, descanso hasta el viernes, ¡ya lo
notais, por los correos electrónicos! Ya me jubilo, sí, para marzo ("Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes que olean como el mar a la orilla de un faro") pensándo en
la fábrica, en las despedidas, con la melancolía que a veces me ganaba, con la
certidumbre de no llegar a verla nunca, la revolución, en los trabajos...
Vieja
Compañera dijo que se retiraba conmigo, Rafael afirmó que continuaba y que iría
repartiendo las que le quedaban.
Tomando unas
cervezas, almorzando un par de tapas, dijo que era un acierto hacer las manis
por los barrios obreros, que mas de la mitad que habíamos juntado se habían ido
incorporando sobre la marcha, que para nada había que hacerlas en el centro,
asentí, pero... ("- ¡Ya salió el pero" ), no, dije, al centro hay que
ir, pero desde los barrios, donde hay que acumular, cuando eso suceda... ¿no te
acuerdas los tres o cuatro años después de morir Franco? la gente iba casi en
pequeñas marchas al centro desde los barrios, con las banderas, las pancartas
todavía plegadas... , "- Es como volver a empezar" , dijo, y asentí.,
ella dijo que al centro había que ir a tomarlo, claro.
Nos dimos un
beso de despedida, antes de coger el coche, no trabajes mucho hoy, me dijo, no,
tengo una buena faena, un trabajo largo, quizás salga un poco antes y lo celebramos,
¿el qué? ¿la crisis? no, mujer, esto, la gente, que se mueve, que ya empieza,
que no se resigna.
Conduciendo, puse el cd con las
canciones de Paco Ibáñez sobre los poemas de Neruda, Galopa la noche en su yegua sombría desparramando espigas azules sobreel campo. Una suave melancolía se instalaba donde minutos antes compartía
con ella la alegría salvaje que acompaña la rebelión compartida.
Inclinado en
las tardes echo mis tristes redes a ese mar que sacude tus ojos oceánicos,
canta, y solo veo ojos que anticipan espanto, ojos de inmigrantes, en la
desolación, atrapados...
14 diciembre
JM Delgado
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