(relato)
El estruendo resonó abrumador en toda la planta, Rosa y Luis creyeron que se desplomaba el edificio sobre sus cabezas.
Cuando Luis, alarmado, abrió la puerta, Eugenia y Antonia - la madre y hermana de Manolo, el vecino del piso superior - hallabánse ya en la planta hablando con Rosario, la vecina del "C" que mantenía entrecerrada aún por la cadena la puerta de su piso.
- ¿Que es lo que pasa? - inquirió Luis de las mujeres.
- ¡La policía! ¡Llame usted a la policía! - exclamó Eugenia llevándose la mano al pecho.
- ¿La policía?, pero....¿porqué?, ¿que ha pasado? - volvió a preguntar.
Antonia iba a pedirle a Rosario que sacara una silla para su madre a punto de desfallecer u algo peor, cuando esta - que ante la presencia tranquilizadora de un hombre se
había atrevido a retirar la cadena - se anticipaba a su petición. Pidió también un vaso de agua al tiempo que se llevaba la mano al seno, aludiendo en el gesto al delicado estado de salud de su madre.
(continuar)
Un sitio personal de Jose Mª Delgado Gallego con la intención de reunir artículos y monografias dispersas, escritas a lo largo de muchos años. Tendrá o deberá tener apartados para los artículos politicos (y sindicales) y otro para la creación literaria, relatos y cuentos especialmente. Tambien es, ¿como olvidarla? un lugar de recuerdo y respeto a Rosa Luxemburgo y a su obra.
Contra las patrias, el Viejo Maestro
Karl Marx: Crítica de «El sistema nacional de economía política» de Friedrich List
La nacionalidad del obrero no es ni francesa, ni inglesa, ni alemana, es el trabajo, la esclavitud libre, el automercadeo. Su gobierno no es ni francés, ni inglés, ni alemán, es el capital. Su aire nativo no es ni francés, ni alemán, ni inglés, es el aire de la fábrica. La tierra que le pertenece no es ni francesa, ni inglesa, ni alemana, está a unos cuantos pies bajo el suelo.
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