José M. Delgado
(publicado en Re(d)forma en Serio, 13 mayo 2010)
Abrumados y aún sorprendidos por la brutalidad y audacia del capitalismo especulador financiero, para con la clase obrera y el pueblo trabajador griego, tratamos de sobreponernos a la perplejidad y a la indignación que nos produce ataque tan falaz, contemplando la firmeza y determinación con la que se defienden y resisten los compañeros helenos.
Las protestas sociales, las manifestaciones previas y coincidentes con la cuarta huelga general desde febrero se producen mientras el Parlamento, de espaldas al pueblo, a la democracia, votaba el impopular plan de austeridad. Los sindicatos han anunciado nuevas manifestaciones que coincidan con el debate en la Cámara Baja del impopular paquete de medidas acordado con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para supuestamente rescatar la economía griega.
El proyecto de ley aprobado por 172 votos a favor, 121 en contra y tres abstenciones, supone un recorte del déficit público del 13,6% actual del Producto Interior Bruto (PIB) a menos del 3% hasta 2012. El rechazo a tal plan de ajuste va contra el conjunto de esas medidas que se pretende aplicar, que incluye recortes salariales y subidas impositivas. Los funcionarios estarían entre los más afectados: se les reducirá el sueldo un 30% y se suprimirán sus dos pagas extraordinarias. Además, se subirán los impuestos sobre el alcohol, el tabaco y la gasolina y se incrementará el IVA en dos puntos (del 21 al 23). Los jubilados griegos perderán también la decimotercera y decimocuarta paga. Se establece una edad mínima de jubilación de 60 años y un nuevo cálculo para las pensiones relacionado con toda la vida laboral y no con los últimos años, como hasta ahora.
No podían faltar las privatizaciones, así el estado griego deberá vender o reducir su presencia en empresas semipúblicas o públicas y se liberalizarán los sectores de la energía y el transporte.
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