Hay que defender con argumentos y a la ofensiva la federalización del Estado español
Nicolás Sartorius
Hay que reconocer en Artur Mas dotes de malabarista. Tiene un país en quiebra; necesita el rescate del Gobierno
español del que desea separarse (¿qué pensaría la UE si le pedimos el
rescate y anunciamos que nos vamos?); cuenta con más de 700.000 parados;
ha sido pionero en la aplicación de recortes sociales; se ha sostenido
gracias al apoyo del PP, al que ayuda en las Cortes en sus duras medidas
sociales y, no obstante, se presenta como el líder mesiánico de la
nación catalana en el camino hacia la “independencia”. Realmente
asombroso, porque si uno lee su mensaje, este es de una ambigüedad
inaceptable, pues no es lo mismo “un Estado propio en Europa”, que
“estructuras estatales”, que “una nación dentro de Europa”, que el
“derecho a decidir” o, por fin, el pacto fiscal. El president
sabe —y así lo ha reconocido— que una independencia unilateral, en
contra de la voluntad de los españoles, supone violar la Constitución y
quedarse fuera de la UE y del euro. Significaría un choque que dividiría
a la sociedad catalana, exacerbaría los demonios de antaño y sería un
desastre para todos. Sin embargo, casi todas las demás cuestiones son
discutibles y, bastantes, negociables porque “estructuras estatales” ya
se tienen ahora y se pueden ampliar en una federación; un pacto fiscal
es necesario, la cuestión es saber de qué pacto hablamos, si del que
mejore la hacienda catalana y no rompa el principio de solidaridad o de
otro.
Nicolás Sartorius es vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas.
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