Ignacio Sotelo
El Pais, 24, 12, 2005
Desenredando un equívoco.-
La polémica acerca del federalismo ha abandonado su nicho teórico-periodistico- programático para acercarse a la realidad de un proyecto político que se mantiene por ahora a extramuros del mundo institucional pero cuya formulación excede y trasciende el ámbito constitucional, legal, para ofrecerse como alternativa legalmente posible, capaz de contener, frenar, las ansias independentistas de Cataluña y Euskadi.
La discusión en el seno de la izquierda (incluyendo al PSOE) es hoy obligada y efectiva, la primera capa a desvelar es la que mantiene prisionero a la izquierda de las estrategia soberanista, que a través de la exigencia de la asunción del derecho de autodeterminación cual paradigma de democraticidad (lo es para la practica actual de las tesis leninistas al respecto, viciadas en su origen) resulta imprescidible para la obtención del carnet de democrata.
Sorteada con mayor o menos éxito la sospecha de incurrir en nacionalismo español de clase alguna, a través de la confesada participación de una cierta idea federal del estado, nuestros interlocutores parecen darnos una cierta tregua habida cuenta de la confusión entre federalismo y confederalismo, confusión que actúan como redes en que atrapados o secuestrados nos hallamos, mientras no nos pronunciemos contrarios a la formación de un estado (sic) (con)federal en España, por razones varias y multiples, que no viene al caso, pero entre las que sin duda se halla la legitima oposición al ejercicio del derecho de auotodeterminación que no creemos posible para España, para nada soportable por la legislación internacional al respecto, sensu contrario ya habrían recurrido hace muchisimo a las organizaciones internacionales, ONU, OCDE, OTAN, UE, toda suerte de soberanistas. Tampoco nos ablanda ni conmueve la variante ligth llamada "derecho a decidir", solo nos obliga a detenernos ante lo que mas parece un capricho, un deseo en todo caso, nada que venga protegido por leyes algunas.
Desenredando esa madeja, entre estados de las autonomias, estado federal o confederación de estados, un artículo de 2005 de Ignacio Sotelo, arroja no poca luz, en clave sumamente práctica por demás, de este artículo la entradilla mia es apenas una glosa, que de empobrecerlo lo haría seguro por escribir yo desde la izquierda extramuros, al otro lado del muro institucional, pero que es el muro mismo el que está en cuestión desde las declaraciones independentistas de Mas y la diada del 11 de sepetiembre.
(leer completo La Cuadratura del circulo, de Ignacio Sotelo)
Un sitio personal de Jose Mª Delgado Gallego con la intención de reunir artículos y monografias dispersas, escritas a lo largo de muchos años. Tendrá o deberá tener apartados para los artículos politicos (y sindicales) y otro para la creación literaria, relatos y cuentos especialmente. Tambien es, ¿como olvidarla? un lugar de recuerdo y respeto a Rosa Luxemburgo y a su obra.
Contra las patrias, el Viejo Maestro
Karl Marx: Crítica de «El sistema nacional de economía política» de Friedrich List
La nacionalidad del obrero no es ni francesa, ni inglesa, ni alemana, es el trabajo, la esclavitud libre, el automercadeo. Su gobierno no es ni francés, ni inglés, ni alemán, es el capital. Su aire nativo no es ni francés, ni alemán, ni inglés, es el aire de la fábrica. La tierra que le pertenece no es ni francesa, ni inglesa, ni alemana, está a unos cuantos pies bajo el suelo.
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sábado, octubre 13, 2012
viernes, octubre 12, 2012
Venga, valiente, españoliza la banca
Wert y la vuelta a la tortilla de la inmersión.-
De manera poco discreta, provocadora, el ministro Wert, ese, ese, el que recorta dineros para subvencionar la enseñanza pública y la concertada, ese mismo que fuerza el despido de profesores interinos, dice en el Congreso que hay que "españolizar" a los niños catalanes lo que está diciendo es darle la vuelta al discretisimo proceso de catalanizar a los niños de los trabajadores españoles inmigrantes en Cataluña forzados a escolarizarse en lengua catalana ya desde el preescolar, destinando a ello los dineros necesarios en gastos de profesorados interinos, material escolar, etc, niños que apenas sabían hablar español, van descubriendo y descubriendo desde hace ya bstantes años a sus padres que son "nativos", algo mas que catalanes de adopción o acogida, siguiendo la política que Pujol ya venía pactando con Aznar primero con Zapatero luego: la llamada inmersión lingúistica en el idioma catalán, ello les llevaría a convertirse en "verdaderos" catalanes y no en "españoles" resistentes, cultivando el recuerdo de la "patria chica" mas allá del recuerdo nostálgico del folclore o de la parentela "que quedó allá". Aprendiendo a hablar en catalán para todo, no solo en la escuela, no solo en la familia, a pensar incluso de ser posible en catalán, disponerse a transitar el camino de la salida de Cataluña de España.
Wert ha provocado, ha vacilado a los catalanistas amenazando con darle una vuelta de tuerca a la tortilla, alimentando de este modo tanto al nacionalismo catalán como al nacionalismo español, mas allá de la legalidad que el texto constitucional reserva para el uso de los idiomas en los territorios bilingúes: así si quieres ser español en Cataluña tendrá que ser a nuestro modo, el del PP, nacionalista y revanchista, vengativo.
JM.
Hoy es la Fiesta Nacional, y ya
saben que en España no nos conformamos con tener un día festivo, hacer
algún pastel típico, ir al campo o ver el desfile, como en otros países.
Aquí la Fiesta Nacional es una oportunidad para dar la nota con más
visibilidad que de costumbre. Salimos a polémica por fiesta. No hay año
en que no tengamos algo jugoso que contar de lo sucedido en el desfile,
en la tribuna de autoridades, en la recepción del Rey o en los corrillos
con la prensa. Y este año, en pleno crescendo españolista, más de uno
tendrá la fecha marcada en rojo (y gualda) desde hace semanas.
Ministros bocazas, políticos de dedos rápidos en las redes sociales,
militares henchidos de amor a la patria, tertulianos camorristas, hoy es
vuestra oportunidad, pero tendréis que esforzaros para ganar un
titular, porque el ministro Wert dejó el listón muy alto hace dos días, y
no descarten que sea él mismo quien intente batir la marca hoy.
Mucho se habla de la maniobra envolvente (de envolverse en la bandera)
con que Artur Mas se ha quitado de encima una parte de la contestación
social a sus recortes, subiéndose al carro del clamor de ciudadanos que
no ven ya futuro en el estado de las autonomías. Siendo ello cierto
(tanto la maniobra de Mas como el clamor ciudadano), no menos cierto es
el intento del gobierno español por tapar sus propias miserias con el
paño rojigualdo. Esta vez lo que hay que tapar es tan grande que no le
daría ni con la bandera king-size de Colón, pero ante buena parte de los
ciudadanos (y no sólo entre su electorado), el recurso al nacionalismo
español, azuzando la bicha catalana, suele dar resultado.
Sin embargo, cuando veo lo españolísimos que se ponen nuestros
gobernantes cada vez que alguien les toca su España, me recuerdan al
chuleta al que se le va la fuerza por la boca, que berrea a los
conductores y entra por la puerta de casa rebuznando, pero luego en el
trabajo es un animalito sumiso que agacha la cabeza y hasta hace la
pelota al jefe por mucho que este le explote.
Porque
si se trata de sacar pecho patriótico, donde de verdad hay que ponerse
español-español y defender este país no es en Barcelona, sino en Berlín,
en Bruselas o en Washington. No en los colegios catalanes, sino ante el
BCE, la Comisión y el FMI. No es con Artur Mas con quien hay que echar
el pulso para salvar España, sino con Merkel, Draghi y compañía. Ahí es
donde me gustaría ver al gobierno sacando pecho, remangándose,
sosteniendo la mirada y hablando con voz rotunda. Porque si el futuro de
España está en peligro no es por lo que decidan los ciudadanos de
Cataluña, sino por lo que decidan por nosotros en esas capitales.
Y en esos foros no vemos una defensa tan enérgica de España. Más allá
de fanfarronerías del tipo “no me han presionado para aceptar el rescate
bancario, en todo caso he sido yo el que he presionado” (equivalentes
al mismo chuleta de antes, cuando en la cena o en el bar dice que le ha
cantado las cuarenta a su jefe), no veo que el presidente y los suyos
planten cara a quienes desde fuera están poniendo en peligro nuestro
futuro.
Sin irse tan lejos, también en España hay
oportunidades para ser patriota y defender lo común. Podían probar a
ponerse igual de gallitos con todos esos evasores de impuestos cuyo
agujero fiscal, de no existir, dejaría el famoso déficit en calderilla. O
con todos esos corruptos, algunos en sus propias filas, que nunca
devuelven lo trincado. O poner en su sitio a todas esas grandes empresas
que a base de ingenierías contables acaban pagando menos impuestos que
cualquiera de nosotros.
Puestos a españolizar, antes
que a los niños catalanes bien podrían dedicarse a españolizar la banca
(pero de verdad, para crear una banca pública al servicio de los
ciudadanos, no para socializar pérdidas como hasta ahora), españolizar
sectores estratégicos y tantas cosas que se vendieron con alegría en su
momento y que tan bien nos vendrían hoy para tener más recursos con que
salir de esta.
Pero ya digo: el patriotismo de
nuestros gobernantes, su defensa de España, es la del que te atruena con
el claxon si tardas dos segundos en arrancar en el semáforo, o da las
órdenes familiares a gritos para que el vecindario sepa quien lleva
puestos los pantalones en esa casa. Pero luego, cuando se cruza con el
señor director, sonríe dulcemente, encorva la espalda y le desea un buen
fin de semana.
Españoles leales a la Segunda República fueron ejecutados en la provincia de Sevilla por orden del general Gonzalo Queipo de Llano
Españoles leales a la Segunda República fueron ejecutados en la provincia por orden del general Gonzalo Queipo de Llano, a quien se le otorgó un marquesado que ahora acaba de renovar Gallardón
JUAN JOSÉ TÉLLEZ
SEVILLA
12/10/2012 07:00
PUBLICO.ESMás de ocho mil ejecutados en la Sevilla de Queipo.
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Más de ocho mil españoles leales a la Segunda República
fueron ejecutados en la provincia de Sevilla por orden del general
Gonzalo Queipo de Llano, a quien se le otorgó un marquesado que ahora acaba de renovar Alberto Ruiz Gallardón, como ministro de Justicia, y Juan Carlos I como Rey de España.
Otra paradoja de su posteridad: sus restos mortales siguen enterrados
en la capital hispalense, en la capilla de La Macarena, el barrio que él
contribuyó a reprimir a sangre y fuego junto con el de Triana o San
Julián. Y el Ayuntamiento de Sevilla, a partir de la victoria del PP en
mayo de 2011, sustituyó el nombre de Pilar Bardem sobre una céntrica
avenida de la ciudad por el de Nuestra Señora de las Mercedes, una
advocación que guarda relación directa con Genoveva, la esposa del
general que no sólo inundaba las calles de muertos sino de soflamas
radiofónicas.
La lista de bajas que Público da a conocer ahora viene a confirmar los datos espeluznantes de la sublevación fascista en Sevilla, sobrevenida en las primeras horas del Alzamiento a partir de un golpe de efecto del propio Queipo, que según celebran sus hagiografos redujo por sí mismo y sin disparar un solo tiro a los oficiales que estaban presentes en la Comandancia General. Luego, los dispararía todos. O los mandaría disparar, mientras se oía su voz tenebrosa por los micrófonos de Unión Radio Sevilla EAJ-5, amenazando a todos los alrededores: "Y ahora tomaremos Utrera, así que vayan sacando las mujeres sus mantones de luto".
Las mujeres tendrían que sacar mucho más, como las 17 rosas de Guillena, vejadas antes de ser asesinadas y enterradas en una fosa similar a otras 130 que se reparten por la provincia sevillana, a la cabeza del ránking andaluz en el número de necrópolis republicanas. Para consolidar su supremacía en Sevilla, Queipo contó con la Legión, al mando de Antonio Castejón Espinosa, y con los Regulares de Marruecos llegados desde Cádiz, utilizando la artillería contra los barrios que le presentaron resistencia: ya no más habría de escucharse la vieja copla de "qué bonita está Triana, cuando cuelgan en el puente las banderitas gitanas". Al día siguiente de la toma del Altozano, sobre los balcones colgaban sabanas blancas en señal de rendición.
Las crónicas de Arturo Barea, las aproximaciones más o menos narrativas de Manuel Barrios -"El último virrey" y de Antonio Burgos -"Las cabañuelas de agosto" y "Las lágrimas de San Pedro"-- , la pulcra investigación histórica de Francisco Espinosa Maestre, José María García Márquez o Juan OrtízVillalba, entre otros muchos, así como el trabajo de las asociaciones memorialistas ha ido reconstruyendo el retrato robot de aquel militar africanista que no reparó en medios para someter a la República que juró defender a una dictadura tan sangrienta como anacrónica: Jorge Fernández-Coppel, en su libro "Queipo de Llano, memorias de la guerra civil", prefiere quedarse con la imagen de Queipo enfrentándose a Franco. Quizá lo hiciera, pero antes se enfrentó a su pueblo, masacrándolo o esclavizándolo en los batallones de forzados que hicieron posible la construcción del canal que rodea la ciudad.
Entre sus víctimas, figuran nombres ilustres como los de Blas Infante, el notario de Coria que había abanderado el proyecto andalucista, el diputado José González y Fernández de la Bandera o el alcalde sevillano Horacio Hermoso. Claro que también exportó la muerte a otras provincias, como detalla Francisco espinosa en su libro "1936-1945, la justicia de Queipo", en una espiral represiva que se extendió a todoa la II División, que englobaba a las provincias de Sevilla, Huelva, Cádiz, Córdoba, Málaga y Badajoz, con cómplices tan renombrados como el general Erquicia en Extremadura o Carlos Arias Navarro, que fuera efímero presidente del Gobierno tras la muerte de Francisco Franco pero a quien se conoció popularmente como "carnicerito de Málaga".
Sin embargo, en aquella Sevilla sin apenas guerra civil, se cuentan hasta 3028 muertes sumarísimas desde mediados de julio de 1936 hasta enero de 1937. Ejecuciones sin juicio previo, como la del profesor Joaquín León, abuelo de los actores Paco y María León. En aquel entonces, como reseña el fiscal jurídico militar Felipe Acedo Colunga, que consideraba a Queipo como" la única autoridad legítima ante la tradición de la Patria y su historia futura", la pena capital no era una excepción sino "un preventivo general" y la represión estaba "dotada de cifras con gran riqueza numérica".
Entre sus cómplices, figuran el comandante José Cuesta Monereo, el capitán de la Legión Manuel Díaz Criado, responsable de Orden Público, el auditor Francisco Bohórquez Vecina quien con Acedo Colunga planificó la represión al pairo de la ley marcial dictada por el Bando de Guerra y firmada por Queipo quien nombró inmediatamente como gobernador civil a su amigo Pedro Parias, "algo cacique", en palabras del propio general golpista. La derecha local era dirigida por Manuel Giménez al frente de la CEDA. Queipo daría pronto responsabilidades a personajes como Gregorio Haro Lumbreras, también conocido como el héroe de La Pañoleta, un comandante de la Guardia Civil que llegó a gobernador de Huelva, pero al que los historiadores han demostrado una formidable afición a las alhajas que las señoras de orden regalaron para el sostén de la causa nacional y que se quedaron en sus bolsillos.
A Queipo, en realidad, como él mismo dijo, le habían "largado el mochuelo" de Sevilla, porque sus compañeros de conspiración desconfiaban en el fondo de sus simpatías tricolores, que le llevó a firmar el parte de guerra con un pintoresco "viva la República". A él le hubiera gustado sublevarse en casa, en Valladolid, pero levantó una casa nueva sobre cimientos rojos. Por la sangre y por la ideología de sus víctimas en una operación de riguroso exterminio.
En la capital andaluza contaba, en principio, con el respaldo de un célebre torero llamado José García Carranza El Algabeño, agregado a su cuartel general, que en principio le había ofrecido mil quinientos falangistas que se vieron, sin embargo, reducidos a quince a los que se sumaron otros setenta, tras ser liberados de la cárcel. Ese fue el núcleo de un grupo de pistoleros que aterrorizó inicialmente a la ciudad y que luego sembró el miedo en los campos, una "policía montada", que llegó a utilizar garrochas para reducir a los campesinos fugitivos, en una sórdida atmósfera donde abundaban piquetes falangistas o requetés, sin descuidar a los paramilitares.Emulando sus tardes de gloria taurina, hay algún testimonio que asegura que El Algabeñollegó a torear a algunos presos utilizando su fusil como muleta. Autor de numerosos crímenes de guerra, el diestro de La Algaba murió como consecuencia de las heridas sufridas en la batalla de Lopera contra las Brigadas Internacionales. Eso sí, en virtud de sus méritos, Franco le nombró a título póstumo teniente honorario de Caballería.
La represión de Queipo no acabó en los paredones y en las cárceles que muy pronto se multiplicaron. También en las prohibiciones. Prohibido el luto. Prohibido inscribir a los muertos. Prohibido hacer fotografías en todo el territorio sublevado.
Utilizó los medios de comunicación de su época -el micrófono, el teléfono o el telégrafo-para imponer su ley al grito de "dadles café", el acrónimo de camaradas arriba Falange Española. La represión sumarísima de los primeros meses de su virreinato acabó sorpresivamente un 28 de febrero de 1937 cuando telegrafió a los gobernadores militares de las provincias de su demarcación, las siguientes palabras: "Ordene a todas las autoridades dependientes de su jurisdicción se abstengan de ordenar aplicación mis bandos en que se imponga última pena, debiendo seguirse procedimiento judicial que indique el auditor ". Las ejecuciones siguieron pero ya no fueron clandestinas.
Entre sus cómplices, figuran el comandante José Cuesta Monereo, el capitán de la Legión Manuel Díaz Criado, responsable de Orden Público, el auditor Francisco Bohórquez Vecina quien con Acedo Colunga planificó la represión al pairo de la ley marcial dictada por el Bando de Guerra y firmada por Queipo quien nombró inmediatamente como gobernador civil a su amigo Pedro Parias, "algo cacique", en palabras del propio general golpista. «¡Canalla marxista! Canalla marxista, repito, cuando os cojamos sabremos cómo trataros», seguía retumbando su voz sobre las ondas hertzianas.
La lista de bajas que Público da a conocer ahora viene a confirmar los datos espeluznantes de la sublevación fascista en Sevilla, sobrevenida en las primeras horas del Alzamiento a partir de un golpe de efecto del propio Queipo, que según celebran sus hagiografos redujo por sí mismo y sin disparar un solo tiro a los oficiales que estaban presentes en la Comandancia General. Luego, los dispararía todos. O los mandaría disparar, mientras se oía su voz tenebrosa por los micrófonos de Unión Radio Sevilla EAJ-5, amenazando a todos los alrededores: "Y ahora tomaremos Utrera, así que vayan sacando las mujeres sus mantones de luto".
Las mujeres tendrían que sacar mucho más, como las 17 rosas de Guillena, vejadas antes de ser asesinadas y enterradas en una fosa similar a otras 130 que se reparten por la provincia sevillana, a la cabeza del ránking andaluz en el número de necrópolis republicanas. Para consolidar su supremacía en Sevilla, Queipo contó con la Legión, al mando de Antonio Castejón Espinosa, y con los Regulares de Marruecos llegados desde Cádiz, utilizando la artillería contra los barrios que le presentaron resistencia: ya no más habría de escucharse la vieja copla de "qué bonita está Triana, cuando cuelgan en el puente las banderitas gitanas". Al día siguiente de la toma del Altozano, sobre los balcones colgaban sabanas blancas en señal de rendición.
Las crónicas de Arturo Barea, las aproximaciones más o menos narrativas de Manuel Barrios -"El último virrey" y de Antonio Burgos -"Las cabañuelas de agosto" y "Las lágrimas de San Pedro"-- , la pulcra investigación histórica de Francisco Espinosa Maestre, José María García Márquez o Juan OrtízVillalba, entre otros muchos, así como el trabajo de las asociaciones memorialistas ha ido reconstruyendo el retrato robot de aquel militar africanista que no reparó en medios para someter a la República que juró defender a una dictadura tan sangrienta como anacrónica: Jorge Fernández-Coppel, en su libro "Queipo de Llano, memorias de la guerra civil", prefiere quedarse con la imagen de Queipo enfrentándose a Franco. Quizá lo hiciera, pero antes se enfrentó a su pueblo, masacrándolo o esclavizándolo en los batallones de forzados que hicieron posible la construcción del canal que rodea la ciudad.
Entre sus víctimas, figuran nombres ilustres como los de Blas Infante, el notario de Coria que había abanderado el proyecto andalucista, el diputado José González y Fernández de la Bandera o el alcalde sevillano Horacio Hermoso. Claro que también exportó la muerte a otras provincias, como detalla Francisco espinosa en su libro "1936-1945, la justicia de Queipo", en una espiral represiva que se extendió a todoa la II División, que englobaba a las provincias de Sevilla, Huelva, Cádiz, Córdoba, Málaga y Badajoz, con cómplices tan renombrados como el general Erquicia en Extremadura o Carlos Arias Navarro, que fuera efímero presidente del Gobierno tras la muerte de Francisco Franco pero a quien se conoció popularmente como "carnicerito de Málaga".
Sin embargo, en aquella Sevilla sin apenas guerra civil, se cuentan hasta 3028 muertes sumarísimas desde mediados de julio de 1936 hasta enero de 1937. Ejecuciones sin juicio previo, como la del profesor Joaquín León, abuelo de los actores Paco y María León. En aquel entonces, como reseña el fiscal jurídico militar Felipe Acedo Colunga, que consideraba a Queipo como" la única autoridad legítima ante la tradición de la Patria y su historia futura", la pena capital no era una excepción sino "un preventivo general" y la represión estaba "dotada de cifras con gran riqueza numérica".
Entre sus cómplices, figuran el comandante José Cuesta Monereo, el capitán de la Legión Manuel Díaz Criado, responsable de Orden Público, el auditor Francisco Bohórquez Vecina quien con Acedo Colunga planificó la represión al pairo de la ley marcial dictada por el Bando de Guerra y firmada por Queipo quien nombró inmediatamente como gobernador civil a su amigo Pedro Parias, "algo cacique", en palabras del propio general golpista. La derecha local era dirigida por Manuel Giménez al frente de la CEDA. Queipo daría pronto responsabilidades a personajes como Gregorio Haro Lumbreras, también conocido como el héroe de La Pañoleta, un comandante de la Guardia Civil que llegó a gobernador de Huelva, pero al que los historiadores han demostrado una formidable afición a las alhajas que las señoras de orden regalaron para el sostén de la causa nacional y que se quedaron en sus bolsillos.
A Queipo, en realidad, como él mismo dijo, le habían "largado el mochuelo" de Sevilla, porque sus compañeros de conspiración desconfiaban en el fondo de sus simpatías tricolores, que le llevó a firmar el parte de guerra con un pintoresco "viva la República". A él le hubiera gustado sublevarse en casa, en Valladolid, pero levantó una casa nueva sobre cimientos rojos. Por la sangre y por la ideología de sus víctimas en una operación de riguroso exterminio.
En la capital andaluza contaba, en principio, con el respaldo de un célebre torero llamado José García Carranza El Algabeño, agregado a su cuartel general, que en principio le había ofrecido mil quinientos falangistas que se vieron, sin embargo, reducidos a quince a los que se sumaron otros setenta, tras ser liberados de la cárcel. Ese fue el núcleo de un grupo de pistoleros que aterrorizó inicialmente a la ciudad y que luego sembró el miedo en los campos, una "policía montada", que llegó a utilizar garrochas para reducir a los campesinos fugitivos, en una sórdida atmósfera donde abundaban piquetes falangistas o requetés, sin descuidar a los paramilitares.Emulando sus tardes de gloria taurina, hay algún testimonio que asegura que El Algabeñollegó a torear a algunos presos utilizando su fusil como muleta. Autor de numerosos crímenes de guerra, el diestro de La Algaba murió como consecuencia de las heridas sufridas en la batalla de Lopera contra las Brigadas Internacionales. Eso sí, en virtud de sus méritos, Franco le nombró a título póstumo teniente honorario de Caballería.
La represión de Queipo no acabó en los paredones y en las cárceles que muy pronto se multiplicaron. También en las prohibiciones. Prohibido el luto. Prohibido inscribir a los muertos. Prohibido hacer fotografías en todo el territorio sublevado.
Utilizó los medios de comunicación de su época -el micrófono, el teléfono o el telégrafo-para imponer su ley al grito de "dadles café", el acrónimo de camaradas arriba Falange Española. La represión sumarísima de los primeros meses de su virreinato acabó sorpresivamente un 28 de febrero de 1937 cuando telegrafió a los gobernadores militares de las provincias de su demarcación, las siguientes palabras: "Ordene a todas las autoridades dependientes de su jurisdicción se abstengan de ordenar aplicación mis bandos en que se imponga última pena, debiendo seguirse procedimiento judicial que indique el auditor ". Las ejecuciones siguieron pero ya no fueron clandestinas.
Entre sus cómplices, figuran el comandante José Cuesta Monereo, el capitán de la Legión Manuel Díaz Criado, responsable de Orden Público, el auditor Francisco Bohórquez Vecina quien con Acedo Colunga planificó la represión al pairo de la ley marcial dictada por el Bando de Guerra y firmada por Queipo quien nombró inmediatamente como gobernador civil a su amigo Pedro Parias, "algo cacique", en palabras del propio general golpista. «¡Canalla marxista! Canalla marxista, repito, cuando os cojamos sabremos cómo trataros», seguía retumbando su voz sobre las ondas hertzianas.
jueves, octubre 11, 2012
Los trabajadores españoles contra la fragmentación del estado.
La verdadera bandera independentista catalana: la Caixa manda, aglutina, prevalece. |
Tampoco está el derecho de autodeterminación en la Constitución Española de 1931, ¿que no vale como ejemplo? ¡venga ya , con la retórica pequeñoburguesa de los cojones! ¡vendiendo la burra coja! ¿que proyecto socialista para Europa, Africa, se desprende de la extensión a través del D.dA. a tantos estados como lenguas, como etnias? ¿esto no es hacerle el juego al imperialismo que prefiera cuantos menos estado mejor, rogue-state, estados fallidos, aunque sea Nigeria con 600 millones de habitantes, o como lo que quedó de los restos de la URSS o de Yugoslavia, felicisimos todos y el cuento se ha acabado con su soberania nacional intacta, ¡y a ver quien se atreve a descubrir minorias internas aspirante a la demandar derechos de autodeterminación para ellos, sean indios en Quebec, rusos en Ucrania, Georgia, o "españoles" en Cataluña, que esa es otra. etc, etc., a esos si les espera, como lo están sufriendo, carceles, torturas, exclusión social, marginación, mobbing. Lo que si está demostrado al dia de hoy es la inversa de la supuesta opresión que venden: son los estados étnicamente homogéneos o aspirantes a serlo los que no soportan a las minorías étnicas o culturales a su interior, justamente es casi un indicador de democraticidad la existencia de estados mas o menos plurinacionales,tolerantes conlos derechos de las minorias, como sin duda sucede hoy en España: que no les satisfaga hoy a esas minorías es otro problema, una cuestión de sueños, trasposiciones, elección de un sujeto omniabarcador y autosuficiente como sería un estado central incapaz por su propia naturaleza de satisfacer tantos deseos y sueños de felicidad: la medida, - ¡como no! - será siempre el grado de libertad, felicidad y libertad que tendrían las minorias con relación a las mayorías, es decir, si existe o no opresión "nacional". Quien diga que existe en España tal cosa miente como un bellaco.
Lo que si hay es UN DESEO NO UN DERECHO de un porcentaje importante de las poblaciones de esos territorios que deberá ser resuelto politicamente, pero en el que los socialistas marxistas y la gente con conciencia de clase no tiene interés alguno en que en España se formen 17 seudoestados o miniestados, lo diga quien lo diga, hasta Lenin que defendió el DdA. dejaba claro que el deber de los bolcheviques era permanecer partidario de la unidad y desde luego frontalmente en contra de la división del proletariado y del partido del proletariado.
Espero que la izquierda social y socialista se ponga sin mas demora al frente de las protesta contra la independencia de Cataluña.
En la revista Sin Permiso, que pasa por ser paradigma de las publicaciones marxistas en la red, se nota el alma de la LCR, de la "Cuarta", dispuestos a morir por su wilsoniano-leninista (la expresión es de Eric Hobsbawn) Derecho de Autodeterminación, como ha puesto de manifiesto una vez mas Jaime Pastor en le Monde Diplomatique. El leninismo inconsecuente está pillado con el susodicho derecho de los cojones, tomando en todo los casos deseos por derechos.
Si convocan un referendum
pediremos a los trabajadores que voten en contra, dejando previamente muy claro
que pregunta, o preguntas, etc, etc, habrían de hacerse, las hagan quienes legalmente esté facultados para ello, Por lo demás, de tanques aquí nadie ha hablado, precisamente
se trata de impedir que un nacionalismo alimente a otro (y lo está haciendo) el
de los tanques, justamente.
Para desgracia nuestra, el estado español no para de rodar
en dirección a convertirse en “estado fallido” ¿ahora se trataría de etnificar,
folclorizar, separar y dividir o recomponer sobre bases igualitarias, federal
no confederal (que eso es tanto como la antesala de la separación), sin
permitir que una coalición castellano parlante en competencia con otra
catalanoparlante se alce con el santo y la limosna de la hegemonia del
nuevo-viejo estado ibérico?
Otra vez la vieja burra del derecho a separararse,
para...unirse.
miércoles, octubre 10, 2012
Cataluña: se debe reconducir la situación
Hay que defender con argumentos y a la ofensiva la federalización del Estado español
Nicolás Sartorius
Uno.
Hay que reconocer en Artur Mas dotes de malabarista. Tiene un país en quiebra; necesita el rescate del Gobierno
español del que desea separarse (¿qué pensaría la UE si le pedimos el
rescate y anunciamos que nos vamos?); cuenta con más de 700.000 parados;
ha sido pionero en la aplicación de recortes sociales; se ha sostenido
gracias al apoyo del PP, al que ayuda en las Cortes en sus duras medidas
sociales y, no obstante, se presenta como el líder mesiánico de la
nación catalana en el camino hacia la “independencia”. Realmente
asombroso, porque si uno lee su mensaje, este es de una ambigüedad
inaceptable, pues no es lo mismo “un Estado propio en Europa”, que
“estructuras estatales”, que “una nación dentro de Europa”, que el
“derecho a decidir” o, por fin, el pacto fiscal. El president
sabe —y así lo ha reconocido— que una independencia unilateral, en
contra de la voluntad de los españoles, supone violar la Constitución y
quedarse fuera de la UE y del euro. Significaría un choque que dividiría
a la sociedad catalana, exacerbaría los demonios de antaño y sería un
desastre para todos. Sin embargo, casi todas las demás cuestiones son
discutibles y, bastantes, negociables porque “estructuras estatales” ya
se tienen ahora y se pueden ampliar en una federación; un pacto fiscal
es necesario, la cuestión es saber de qué pacto hablamos, si del que
mejore la hacienda catalana y no rompa el principio de solidaridad o de
otro.
Uno.
Dos. Al final, después del encuentro con su aliado Rajoy, en demanda del pacto fiscal —versión Concierto— del que sabía de antemano que era inviable, quedaba expedita la vía de la convocatoria de elecciones. Consulta en la que la derecha nacionalista, envuelta en la bandera de la “independencia” o del “derecho a decidir”, intentará ocultar sus desaguisados sociales, echará la culpa de todo al tripartito de izquierda y a España y podrá obtener la ansiada mayoría absoluta que le evite depender del PP o de ERC. Por si había dudas, el anuncio carismático-plebiscitario de que una vez cumplida la misión histórica, se retirará, desvela la intención política oculta. A partir de ahí, las dos derechas nacionalistas —la catalana y la española— negociarán y pactarán, me temo que a costa de todos nosotros.
Ahora bien, lo que nos debe preocupar de verdad no son las maniobras de uno u otro partido para obtener ventaja electoral a costa de lo que sea. Lo que importa es lo que piensan y sienten los catalanes. Estaríamos ciegos si olvidáramos la dimensión ciudadana de la cuestión. Cuando cientos de miles de personas salen a la calle en pro de la independencia; se corea ese deseo en los campos de fútbol y las encuestas reflejan un ascenso continuo de la misma aspiración, tenemos un problema político de envergadura que no se resuelve con la simpleza de la “algarabía”, la ambigüedad de la “quimera” o enarbolando la Constitución sin más. Por el contrario, hay que escuchar, comprender, dialogar y reconducir la situación por medio del pacto porque sería un desastre que nos metiéramos todos en un callejón sin salida.
Tres. Muchos catalanes tienen razón de sentirse descontentos o agraviados. Todo el proceso de concepción, elaboración, negociación, recurso y resultado del Estatuto de Cataluña fue una operación política fallida que está en el origen de la actual frustración. No es aceptable que un Estatuto votado, por amplia mayoría, en los Parlamentos español y catalán, refrendado por la ciudadanía catalana, pueda ser recortado. El examen constitucional de los Estatutos, en su caso, debe ser anterior, nunca posterior al voto popular. Ya sé que así está en la ley y que el Estatuto actual es mejor que el anterior. Mas eso, ahora, ya no arregla nada, pues el daño está hecho. Luego se abalanzó la crisis económica, que exacerba los nacionalismos, populismos y el sálvese quien pueda, sobre todo si se es más rico. Esta actitud es entendible entre los sectores más pudientes, no lo es entre las capas más desfavorecidas, que solo se salvan en escenarios unitarios y solidarios. No quiero pensar qué pasaría con los sindicatos y partidos de izquierda, catalanes y españoles, en una hipótesis de divorcio. No se comerían un rosco en decenios, con unas y otras derechas envueltas en las banderas, que todo lo cubren, hasta las peores trapacerías. No olvidemos que la reacción de Mas y Rajoy ante la crisis ha sido la misma: los recortes sociales. El primero ha tenido la habilidad de cubrirse tras lo “identitario” simbólico, que arrastra siempre a sectores populares, arrinconando la identidad real de las necesidades sociales.
Cuatro. En cualquier caso, hay que reconducir la situación y evitar que se siga pudriendo. Me temo que hasta después de las elecciones será difícil. Ahora solo nos queda exigir claridad, que no se engañe al personal y confiar en que el seny catalán se imponga una vez más. En mi opinión, el futuro no está ni en el inmovilismo de “ahí está la Constitución” ni menos aún en el independentismo. Por el contrario, creo que hay que defender con argumentos y a la ofensiva la federalización del Estado español. De entrada, se podrían retomar cuestiones que el Constitucional rechazó por problemas formales, por medio de reformas de leyes orgánicas, como sería el caso de aspectos de la administración de justicia y otras. Luego, hay que resolver el tema de la financiación con criterios federales, de tal suerte que se mejore la hacienda catalana, y la financiación de las autonomías, manteniendo el principio de solidaridad, con límites y reglas claras. Por último, hay que abordar de una vez la reforma de la Constitución. Por ejemplo, o el Senado se transforma en una cámara de los “Estados” o es una institución que no cumple con su razón de ser.
Cinco. Hay quien sostiene que a Cataluña le iría mejor fuera de España. Sinceramente no lo creo y, sobre todo, depende a quiénes. A los ricos quizá sí, cuando Mas elimina el impuesto de sucesiones y otros; a la inmensa mayoría le iría mucho peor. Los vientos en la UE soplan en dirección opuesta a las separaciones. Todos somos cada vez más dependientes, compartiendo soberanía y, en la globalización, con una UE federal a la que vamos, con mayorías cualificadas cuyo voto se pondera basándose en la población, cuanto más pequeño se es más dependiente se vive. En lo único que coincidí con Mas fue cuando dijo: “No estamos locos, queremos estar en la UE y en el euro...”.
Pues eso, porque creo que “eso” pasa por España.
Nicolás Sartorius es vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas.
La pobreza como tecnología del norte contra el sur - Carlos Carnicero
….Grecia
ha recibido a la señora Merkel como el remake de una nueva ocupación
alemana. Ahora no son divisiones acorazadas sino que los bancos alemanes
toman posiciones sin disparar un solo tiro. No necesitan fuerzas de
ocupación porque la aristocracia política y del dinero de cada país
ocupado son un ejército de cipayos al servicio de la colonia….”
“…..No queda mucho tiempo para una explosión social. Debiéramos procurar
que fuera pacífica, contundente y coordinada con nuestros hermanos del
sur”.
“…..No queda mucho tiempo para una explosión social. Debiéramos procurar que fuera pacífica, contundente y coordinada con nuestros hermanos del sur”.
martes, octubre 09, 2012
Un referéndum para Cataluña
Referendum sobre la independencia de Quebec de 1995.- Wikipedia
Si desea la independencia una minoría territorializada no se pueden oponer obstáculos formales. Pero hay que averiguar la existencia, amplitud y solidez de esta supuesta voluntad popular
Es difícil no compartir la opinión del Gobierno sobre la inoportunidad del momento elegido por el presidente de la Generalidad, más guiado por la rauxa que por el senyi,si no se quiere hacerle el agravio de pensar, como algunos, que lo ha movido el deseo de que en el ánimo de los votantes pesen más los sentimientos identitarios heridos que el descontento con las consecuencias sociales de la austeridad presupuestaria o el juicio sobre los errores de la política económica y fiscal etc.
Pero ni la inoportunidad de la iniciativa, ni la mayor o menor torpeza de las razones que la mueven, permiten al Gobierno ignorarla, ni lo dispensan de tomar a su vez las medidas necesarias para encauzarla pacíficamente, y hasta ahora no ha hecho gesto alguno en ese sentido. El sosiego de la primera respuesta de su presidente ha ido debilitándose, y aunque no se ha caído todavía en la tentación de esgrimir la amenaza del artículo 155 de la Constitución, a la que tanta afición tienen algunos miembros de su Partido, dentro o fuera del Gobierno, se ha recordado enfáticamente que este tiene la posibilidad de recurrir al Tribunal Constitucional para impedir la celebración de un referéndum convocado por la Generalidad.
Este recordatorio tampoco ha sido oportuno. El único efecto evidente de recordar lo jurídicamente obvio es el muy perjudicial de dañar la imagen del Tribunal, ya bastante dañada por el uso que de él se ha hecho en estos últimos años. Pero además, y esto es lo peor, transmite la errónea idea de que, si no logra disuadirle para que la abandone, lo único que el Gobierno tiene que hacer en relación con la iniciativa del presidente Mas es impedir que la ponga en práctica.
No es así. Si la iniciativa se mantiene, es deber del Gobierno contribuir a la búsqueda de vías que permitan llevarla a cabo de la manera menos traumática para todos; sin violar la Constitución, pero sin negar tampoco la posibilidad de reformarla si es necesario hacerlo. Si esa necesidad se presenta no será sin embargo sino dentro de algunos años, y solo en la medida exigida por el acuerdo que se alcance sobre el modo de satisfacer las aspiraciones catalanas. Lo urgente, lo inaplazable, es verificar la solidez y el contenido de esas aspiraciones y para esto no hay otro camino que el del referéndum.
Muchos piensan, o pensamos, que este debería hacerse aunque la Generalitat no lo hubiera pedido. Hace algunos meses en EL PAÍS y pocos días en La Vanguardia, dos intelectuales distinguidos y nada sospechosos de simpatías nacionalistas, Ruiz Soroa y Francesc de Carreras, han reclamado la convocatoria de un referéndum, en el País Vasco el uno y en Cataluña el otro, para verificar si la voluntad de independencia existe, desarmar a los nacionalistas si esa voluntad no tiene la amplitud y solidez que ellos le atribuyen y sobre todo para abrir un debate que, antes de decidir, ilustre a los ciudadanos sobre el significado real de la independencia, sus ventajas y sus inconvenientes. Pero si lo ha pedido —es inexcusable hacerlo, por dolorosa que sea para muchos españoles (entre los que desde luego me cuento)— la idea de una España sin Cataluña.
Si una minoría territorializada, es decir, no dispersa por todo el territorio del Estado, como sucede en algunos países del Este de Europa, sino concentrada en una parte definida, delimitada administrativamente y con las dimensiones y recursos necesarios para constituirse en Estado, desea la independencia, el principio democrático impide oponer a esta voluntad obstáculos formales que pueden ser eliminados. Si la Constitución lo impide habrá que reformarla, pero antes de llegar a ese extremo, hay que averiguar la existencia, y solidez de esa supuesta voluntad. Una doctrina que hoy pocos niegan y cuya expresión más conocida puede encontrarse en el famoso dictamen que la Corte Suprema de Canadá emitió en 1999 sobre la legitimidad de la celebración de un referéndum en Quebec (que, dicho sea de paso, los independentistas perdieron por poco más de 50.000 votos).
La Generalidad de Cataluña no puede convocar un referéndum, pero nada le impide pedirlo e incluso colaborar en su convocatoria.
De acuerdo con la Constitución, esta ha de ser hecha por el Rey, a propuesta del presidente del Gobierno, previa autorización de las Cortes, que en el presente caso ha de ir enmarcada en un conjunto de normas que den respuesta a las muchas cuestiones que no la tienen en la Ley Orgánica sobre modalidades del referéndum, que no contempla una modalidad de esta naturaleza. Hay que precisar, entre otras cosas, cuál es la mayoría indispensable para considerar aprobada la propuesta, quiénes pueden votar, cuál será la circunscripción (única o provincial) en que se hará el escrutinio, cuál el contenido de la pregunta que se formula y cuál el procedimiento a seguir en caso de que sea aprobada. Como ya dijo la Corte Suprema de Canadá en la sentencia que antes cité, una decisión de esta naturaleza requiere algo más que una mayoría simple; ha de ser una mayoría muy cualificada, aunque no tal vez hasta el punto de considerarla indestructible, como al parecer el propio presidente de la Generalitat ha dicho recientemente. Y la pregunta ha de ser clara e inequívoca, lo que a mi juicio no implica necesariamente que haya de ser única; en alguno de los proyectos preparados para el referéndum sobre la independencia que el Partido Nacionalista Escocés se propone convocar en 2014 se hacen hasta cuatro preguntas distintas, pero a mi juicio en nuestro caso sería preferible hacer una pregunta que permitiese sin embargo llegar a soluciones distintas al término del procedimiento largo y complejo que en todo caso habrá de abrirse para satisfacer la voluntad de los votantes, que también podría inspirarse en el que el Tratado de Lisboa para la separación de la Unión. Un texto no muy lejano al que figura en la Resolución aprobada por el Parlamento de Cataluña a propuesta de CiU.
No es mi propósito, sin embargo, adelantar ahora ideas sobre estas cuestiones, sino subrayar la conveniencia de que sea precisamente el Parlamento de Cataluña el que propone la respuesta que se le ha de dar, utilizando para ello la facultad de iniciativa legislativa que la Constitución le concede. La autorización para convocar el referéndum requiere, por las razones que antes he dicho, una ley orgánica y en nuestra actual situación política no parece posible que esta nazca de un proyecto del Gobierno e improbable que venga de una proposición de ley. Pero no solo por esta razón, o por la necesidad de patentizar que quienes desean la independencia de Cataluña (o alternativamente, una modificación sustancial del marco de relaciones con el resto del Estado) quieren llegar a ella aprovechando todas las vías que la Constitución ofrece y sobre todo, para participar así en la convocatoria de un referéndum que constitucionalmente las instituciones catalanas no pueden hacer, es indispensable a mi juicio que, si dado el resultado de las elecciones, el nuevo Parlamento de Cataluña respalda las resoluciones que el que ahora se disuelve acaba de aprobar, lo haga a través de un proposición de ley orgánica de autorización de este referéndum.
Antes de enzarzarnos en la discusión sobre las ventajas e inconvenientes de las distintas metas, hay que reflexionar sobre el modo de comenzar el camino.
Francisco Rubio Llorente es
catedrático jubilado de la Universidad Complutense y director del
Departamento de Estudios Europeos del Instituto Universitario Ortega y
Gasset.
lunes, octubre 08, 2012
Chávez gana con el 54,42% de votos y gobernará Venezuela hasta 2019
Chávez gana con el 54,42% de votos y gobernará Venezuela hasta 2019
Público.es
Recibió en las urnas 7.444.082 votos frente a su principal rival, el líder opositor Henrique Capriles, quien logró 6.151.544 sufragios
En lo que calificó como "un día memorable", Hugo Chávez ganó el domingo las elecciones presidenciales de Venezuela con el 54,42% de los votos. Gobernará hasta el año 2019 si su salud se lo permite.
El presidente venezolano recibió en las urnas 7.444.082 votos frente a su principal rival, el líder opositor Henrique Capriles, candidato de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), quien con el 44,97% del apoyo del electorado logró 6.151.544 sufragios a su favor, según los datos oficiales difundidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) cuando se había escrutado el 90% de las papeletas depositadas en las urnas.
De esta manera, Chávez, artífice del denominado "Socialismo del Siglo XXI", logró su cuarto triunfo electoral y acumulará para 2019 un total de 20 años en el poder. La victoria después de 14 años en el poder tiene un mérito especial. Chávez ha superado el hartazgo que muchos venezolanos mostraban con su gestión y con los principales del país —violencia, inseguridad ciudadana, cortes de luz, corrupción, promesas incumplidas, entre otros— entonando el mea culpa, asumiendo errores y prometiendo más cercanía a los problemas de los ciudadanos en su nuevo mandato.
( Me alegro de todo corazón, solo lamento que el ultraliderismo hace dificil la herencia politica: pensemos en tantos regimenes que se hundieron al hundirse su lider. Fuerza y coraje, espiritu critico y solidaridad para avanzar hacia el Socialismo, que aún no existe en Venezuela. JM)
sábado, octubre 06, 2012
El Topo del PP que murió en Cuba en accidente
La detención de a Yoani en
Bayamo es un exceso antidemocrático, penoso y patético, a su vez y solo hasta
cierto punto, error representativo de la ausencia de aliento popular
de la Revolución Cubana y coacción de las libertardes civiles en Cuba: esto lo
hemos dicho varios aquí, en este Foro de Izquierdas en Facebook, como tambien tú mismo.
El juego de venir a comparar lo que no se ha dicho o debatido entre nosotros, gente de izquierdas, sobre los asesinatos en Guatemala, en Honduras, sobre el destino de los jovenes mexicanos en esa dictadura "antinarco", con el caso de Carromero y la deriva hacia la Yoani, es un mal juego porque se supone que estamos en contra y profundamente tan indignados como resignados de lo que se cuece en esas seudodemocracias con libertades formales y sindicales respecto de la impunidad de tantos crimenes y de la ausencia y/o despojo y privatización de los servicios públicos en esos paises. Eso es poco noticiable, y es en esa linea en la que SI tienes razón cuando aventuras que la estela periodistica del EL PAIS tiene largo aliento. Hasta ahí de acuerdo, ahora bien, la critica a Cuba, Venezuela, Bolivia, a los estados antiimperialistas en suma, por la falta de respeto a los DDHH, haberse constituido Cuba en un estado policial, ver como en Venezuela son asesinados impunemente trabajadores en protesta por sus reivindicaciones, ver que no llega el Estado a estar presente, que no existe, vamos, allí donde los más necesitados, excluidos están, con ser ya de por si motivo de crítica y noticiable, justo porque se supone que son cosas que no pueden suceder en un régimen de izquierdas, si no, lo que es más esencial, QUE TALES REGIMENES NO SON FAROS NI EJEMPLOS PARA EL SOCIALISMO MARXISTA. Esos es lo noticiable: que esos "fallos" o "errores" son síndrome o cresta de iceberg de la desesperanza en la versión del Socialismo (si es que no se han olvidado de él, perdido en la envoltura del Antiimperialismo) que nos venden los llamados antiimperialistas, tributarios del último hilillo de la URSS y los regímenes parecidos.
El juego de venir a comparar lo que no se ha dicho o debatido entre nosotros, gente de izquierdas, sobre los asesinatos en Guatemala, en Honduras, sobre el destino de los jovenes mexicanos en esa dictadura "antinarco", con el caso de Carromero y la deriva hacia la Yoani, es un mal juego porque se supone que estamos en contra y profundamente tan indignados como resignados de lo que se cuece en esas seudodemocracias con libertades formales y sindicales respecto de la impunidad de tantos crimenes y de la ausencia y/o despojo y privatización de los servicios públicos en esos paises. Eso es poco noticiable, y es en esa linea en la que SI tienes razón cuando aventuras que la estela periodistica del EL PAIS tiene largo aliento. Hasta ahí de acuerdo, ahora bien, la critica a Cuba, Venezuela, Bolivia, a los estados antiimperialistas en suma, por la falta de respeto a los DDHH, haberse constituido Cuba en un estado policial, ver como en Venezuela son asesinados impunemente trabajadores en protesta por sus reivindicaciones, ver que no llega el Estado a estar presente, que no existe, vamos, allí donde los más necesitados, excluidos están, con ser ya de por si motivo de crítica y noticiable, justo porque se supone que son cosas que no pueden suceder en un régimen de izquierdas, si no, lo que es más esencial, QUE TALES REGIMENES NO SON FAROS NI EJEMPLOS PARA EL SOCIALISMO MARXISTA. Esos es lo noticiable: que esos "fallos" o "errores" son síndrome o cresta de iceberg de la desesperanza en la versión del Socialismo (si es que no se han olvidado de él, perdido en la envoltura del Antiimperialismo) que nos venden los llamados antiimperialistas, tributarios del último hilillo de la URSS y los regímenes parecidos.
En fin, que a lo mejor tienes razón, y puesto que no existe, no queda en pié, no resulta tácticamente posible hoy ese tipo de critica, los que podamos apuntarnos a ella nos hallamos proclives a ser abducidos por EL PAIS y el pensamiento único postmoderno.
Por la parte de las bromas que hacíamos antes de incorporarte al debate sobre el juicio de Carromero, aludíamos al amigo Paco y a su nombre legal, Francisco José por mi que le llamé Pacojosé o algo así.
“Te
has pasao, Paco José, (joer, el sotbare del fesibú pilla los hipocorísticos, ¡y
yo creyendo que se la colocaba!) como dijo un dia en que estaba iluminado el
Ansar, en política el
error menos perdonable es la mentira y la exageración) ni yo creo que la Yoani
sea espía (bueno...vale) del Régimen cubano como tampoco que Carromero sea el
nuevo "residente" del CNI en La Habana, porque de creerlo habría de
hacerlo también en la notable influencia de "Anacleto: agente secreto” en
la izquierda desnortada entre la que me hayo, perdida definitivamente la aguja
de la III Internacional en que nos encontramos algunos.
Otra cosa sería que la Revolución Cubana y el
PCE-IU la tuviera tanto o más perdida que yo, con lo cual cualquier cosa sería
posible: ¡hasta que el verdadero Topo fuera de verdad Mayor Oreja con lo cual
también pudiera ser que Graham Greene continuara siendo ideologo o inspirador
de cabecera de la plana mayor del PP al lado de Don Carlos- Karl Schmitt y su
mas que notable influencia en las facultades de derecho/ciencias políticas
españolas. ¡No ni ná!”
Raúl Castro no quiere pagar peaje a la odiosa democracia burguesa con sus electores: sufragio universal, libertad de partidos y sindicatos, y así que tira el niño con el agua del baño (por acordarme otra vez, que no son tantas en este Foro de Izquierdas de Rosa Luxemburgo, OTRA COMUNISTA) ¡a ver que daño le iba a hacer a la Revolución (sic) que estuviera allí, en la sala la Yoani, como no fuera poner en evidencia a fiscales y jueces que tiene a Lenin encima de la mesa, con sus brazos y libros de madera, a ver que jusrisprudencia aporta al caso, o risa, mucha risa occidental, con lo cual lo mismo nos perdiamos las intenciones mas o menos conspirativas que en verdad y plausiblemente pudiera el PP tener con el asunto. Terrible, risible, patético, para la RC, el PP, la disidencia cubana (o "gusanera", que en buena parte no lo pongo en duda), etc.
Total: "Calderero,
sastre, soldado, marinero, espia" la gente de Smiley con guión de Ibáñez (o de
quien escribiera en Pulgarcito) o a John Le Carré mismo, o sea, traducido a
jerga gastronómica
española que nos gastamos aquí: paella valenciana, apañá por uno de Badajoz o
mi cuñao mismo, que decía que si al arroz le faltaba agua, pues eso, y si
quedaba mucho de "eso" pos mas gambas, majillones, calamares, ¡que no
falte de ná!
No me iré mas que dentro de
medio minuto: el próximo trabajo para Smiley será la traición del juez Pedraz.
Asín no nos aburrimos y nos olvidamos del rescate Y LO DEMÁS POR LA PARTE DE LA
PASTA Y LOS DERECHOS ALIENADOS QUE NOS TIENEN.
Estando de acuerdo con la mayoría de lo que defiendes en tu ultimo post, amigo, concretado en el útimo párrafo que comienza en "Ahora bien..." me temo que para ti no existe una critica desde la izquierda posible a la regímenes autoritarios (y dictatoriales) supuesto que no parece posible que el contexto geográfico imperialista lo permita, pues ¿en qué lugar no tiene intereses estratégico el imperialismo? ¿en America latina? , no, desde luego, ¿en Oriente Medio? ¿debemos renunciar a una crítica de izquierdas de esas OTRAS dictaduras que fueron medio clones de la URSS y que hoy son atacadas por el Imperio? Porque algunos como Santiago Alba Rico lo han intentado y han sido satanizados, los libertarios callan pero se sabe bien cuánto abominan de esos regímenes y para nada los hace faro de nada. En fin, que a lo mejor tienes razón, y puesto que no existe, no queda en pié, "no resulta tácticamente posible hoy" ese tipo de crítica, los que podamos apuntarnos a ella nos hallamos proclives a ser abducidos por EL PAIS y el pensamiento único postmoderno.
Sobre tu alusión a la
defensa del derecho de autodeterminación en este hilo (al interior de un paquete
que algunos mantenemos supuestamente posmodelno en la estela de EL PAIS) me atrevo a recordar que acaba
de morir Eric Hobsbawm, del que he leido buena parte de sus obras, él acuñó el
calificativo de "wilsoniano-leninista" del derecho de
autodeterminación para aludir al uso interesado al imperio y a la co-paternidad
al menos de su formulación y prestigio universal, pero que sirvió para
legitimar propagandísticamente la inmensa canallada, carniceria, de la I Guerra
Mundial que la potencias vencedoras, con la guinda o colofón de los 14 puntos
de Wilson y su defensa y promoción del tratado de Versalles, que para muchos
significó la simiente de la II Guerra Mundial. Todo ello en nombre de la
libertad de los pueblos supuestamente oprimidos por los estados plurinacionales.
Fuerte abrazo: JM, también para los compas del Foro.
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