Como ciudadano catalán
de izquierdas no pienso asistir ni a la concentración ni a la
manifestación del 11 de septiembre. Estas son mis razones:
- Cataluña
no es una nación. El término nación es un término moderno ligado al
Estado y a la Economía-Mundo capitalista. No hay bases culturales para
justificar una nación. Las identidades culturales tienen siempre una
base religiosa, que es lo que constituye una comunidad homogénea.
- Cataluña
no ha existido nunca como Estado, por tanto no ha sido nunca una
nación. Tiene una lengua que comparte con Valencia, las Islas Baleares y
alguna parte marginal de Francia y Cerdeña. La lengua no define una
cultura. Cataluña ha tenido relaciones conflictivas y complicadas con
el resto de España y con el gobierno de Madrid, peo no ha sido nunca
una colonia.
- El gobierno de la Segunda República
concedió la autonomia a Cataluña. Con unas instituciones políticas
propias.La Guerra Civil dividió a los catalanes. Muchos apoyaron a
Franco. Las instituciones franquistas en cataluña (y fuera) se
nutrieron de catalanes. El Estado franquista reprimió el catalán. Los
catalanistas moderados de la Lliga apoyaron a Franco como mal menor.
-
La industrialización que se dió en Cataluña condujo a millones de
españoles (sobre todo andaluces) a inmigrar a Cataluña. La represión
del catalán, los mass media en castellano y la inmensa población
inmigrante castellanoparlante que llegó a Cataluña hicieron que el
castellano fuera la lengua dominante pública y, en parte, privada. El
PSUC consiguió integrar a un sector obrero de izquierdas en la
reivindicación de la autonomía y el respeto hacia el catalán.
-
La transición impusló e Estado de las autonomías. El tratamiento
fiscal debería haber sido equitativo, excluyendo los conciertos
económicos. El término nacionalidad aplicado a Cataluña era una buena
respuesta para diferenciarlo de las regiones sin plantearlas como
nación.
- La Generalitat gobernada durante años por CiU
intentó marginar al máximo el castellano y conseguir que la educación y
la lengua de las instituciones fuera únicamente el catalán. Se
potenció un desprecio hacia el castellano y los que hablaban
castellano. Paradójicamente la lengua dominante a nivel de empresas fue
el castellano.
- El Tripartito gobernado por Pasqual
Maragall cayó en la misma dinámica nacionalista, empeorando la
cuestión. En lugar de centrarse en cuestiones de equidad fiscal se
centra en reivindicar a Cataluña como nación con criterios muy
discutibles de tipo cultural e histórico.
- Cataluña
es bilingüe por su historia y en lugar de entender esto como una
riqueza se entiende como una lacra. Se habla del catalán como de la
lengua propia sin entender que la lengua propia es la lengua que se
habla y en Cataluña se hablan dos. Se identifica la cultura catalana
con lo que se hace en catalán o bajo unos criterios folcloristas
totalmente desfasado.
- Empieza una campaña sistemática
de denuncia del llamado "expolio fiscal" como si los problemas de
Cataluña vinieran de lo que nos roban los españoles. Esta campaña es
regresiva (no entiende la solidaridad, diluye la lucha de clases y la
cuestión central de las políticas sociales). Se introduce una división
entre catalanes y españoles nefasta para la izquierda. Los responsables
son en primer lugar el PP y sectores españolistas del PSOE y por parte
catalana muchos nacionalistas e independentista por su sectarismo.
-
El proyecto de los catalanes de izquierdas debería ser el de una
República federal democrática y socialista en una confederación europea
de tipo social. El enemigo de las clases populares catalanas es la
oligarquía económica y burocrática que dirige Cataluña, España y el
Mundo mundial. No el Estado español ni mucho menos los españoles.
Rebelión ha publicado este artículo con el permisos. del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario