José María Delgado
A primera vista parece que el gobierno de la República Argentina goza de
legitimidad para expropiar el 51% de YPF, filial de la matriz española
REPSOL, hablo naturalmente de legitimidad según el paradigma que
sostendría una izquierda radical y democrática, que no le cueste al
pueblo argentino mas el collar que el perro y que no se trate de una
maniobra de Cristina Fernández Kirchner para camuflar y hacer pasar desapercibida otras medidas
antiobreras y populares, y que, finalmente, la verdadera "inversión" no
sea en nacionalismo mas o menos peronista, son sospechas que desearíamos
despejar de medidas expropiadoras semejantes que siempre nos evoca
finales mas justo y mas en linea con las aspiraciones de soberanía
popular y de independencia proletaria.
En España, en medio de una crisis de la deuda a la que no se le ve el final, con un ataque feroz a las conquistas populares en salarios y servicios públicos, en evidencia y en ridiculo el gobierno y la oposición del PSOE así como la coalición nacionalista (¡y a la vanguardia del neoliberalismo peninsular!) que gobierna en Cataluña, por su seguidismo a la cúpula de la UE y del FMI, con la institución monarquica en descrédito galopante, las posibilidades de que florezca un "nacionalismo pro empresas multinacional" , de no ser risible sería patético. Naturalmente siempre existen sectores fascistas y parafascistas o de extrema derecha dispuestos a sumarse al coro ultraliberal dominante que siente como amenaza en carne y cartera propia semejantes expropiaciones, por lo demás con mas de cinco millones de desempleados el patriotismo petrolifero tiene visos de prosperar poco.
En España, en medio de una crisis de la deuda a la que no se le ve el final, con un ataque feroz a las conquistas populares en salarios y servicios públicos, en evidencia y en ridiculo el gobierno y la oposición del PSOE así como la coalición nacionalista (¡y a la vanguardia del neoliberalismo peninsular!) que gobierna en Cataluña, por su seguidismo a la cúpula de la UE y del FMI, con la institución monarquica en descrédito galopante, las posibilidades de que florezca un "nacionalismo pro empresas multinacional" , de no ser risible sería patético. Naturalmente siempre existen sectores fascistas y parafascistas o de extrema derecha dispuestos a sumarse al coro ultraliberal dominante que siente como amenaza en carne y cartera propia semejantes expropiaciones, por lo demás con mas de cinco millones de desempleados el patriotismo petrolifero tiene visos de prosperar poco.
Por lo demás, pragmáticos
siempre, hasta el ridiculo, nuestra clase política continuará
insistiendo en la denuncia del agravio cometido por la Kirchner mientras
negocia bajo cuerda un precio razonable por YPF y garantias jurídicas
para Telefónica, BBVA, Santander, etc., en Argentina y le sirve de
pantalla para oscurecer medidas como las de ayer mismo adelantó el ministro de
Educación, Wert, de recortar tres mil millones de euros para la
enseñanza, aumentando el número de alumnos por aula y de horas lectivas
consiguiendo así librarse de 20.000 profesores interinos, sin plaza
fija. Por la otra banda, CFK, nos recuerda haciendo hoy lo contrario de
lo que acometió hace veinte años, apresurandose a colaborar con la
privatización de YPF (http://www.teinteresa.es/dinero/Cristina-Kirchner-privatizacion-YPF-expropia_0_683333874.html)
Sin duda el patriotismo, como la mentira, a uno y otro lado del charco, tiene las patas cortas.
Cuándo está en todo los medios que REPSOL negociaba con una empresa china venderle el 57% de YPF, la sospecha de que el gobierno de Fernández pretendería con la nacionalización conseguir un mejor precio de los chinos al tiempo que garantías de las cuantiosas inversiones necesarias para explotar el crudo no convencional recientemente descubierto de Vaca Muerta, dejaría este acto de soberanía de nuevo fuera del alcance de los intereses y de lo que por tal cosa cabalmente puede entender el pueblo argentino...cuándo consigue librarse del veneno peronista.
1 comentario:
Te he citado en mi blog por esta entrada. Palabras justas.
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