Contra las patrias, el Viejo Maestro




La nacionalidad del obrero no es ni francesa, ni inglesa, ni alemana, es el trabajo, la esclavitud libre, el automercadeo. Su gobierno no es ni francés, ni inglés, ni alemán, es el capital. Su aire nativo no es ni francés, ni alemán, ni inglés, es el aire de la fábrica. La tierra que le pertenece no es ni francesa, ni inglesa, ni alemana, está a unos cuantos pies bajo el suelo.
Karl Marx: Crítica de «El sistema nacional de economía política» de Friedrich List

Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported License.

Vistas de página en total

viernes, abril 27, 2012

Rosa Luxemburg El origen del Primero de Mayo


Rosa Luxemburg

 

El origen del Primero de Mayo

 

Escrito:  En enero o febrero de 1894.
Publicación:
Publicado por primera vez en polaco en Sprawa Robotnicza, París, febrero 1894.
Traducción al castellano:
Traducido directa del alemán al castellano especialmente para Espacio Rosa Luxemburg por Marion Kaufmann en base a la versión alemana que puede verse en http://www.marxists.org/deutsch/archiv/luxemburg/1894/02/maifeier.htm
Fuente de la presente versión:
Este texto ha sido gentilmente proporcionado por el Espacio Rosa Luxemburg en mayo de 2011.
Esta edición:
Marxists Internet Archive, mayo 2011.



La feliz idea de instaurar un día de fiesta proletaria para lograr la jornada laboral de ocho horas nació en Australia, donde ya en 1856 los obreros habían decidido organizar un día completo de huelga, con mitines y entretenimiento, como una manifestación a favor de la jornada de ocho horas. Se eligió el 21 de abril para esa celebración.
Al principio los obreros australianos pensaban en una única celebración, aquel 21 de abril de 1856. Pero como esa primera celebración tuvo un efecto muy fuerte sobre las masas proletarias de Australia, animándolas con ideas agitadoras, se decidió repetirla todos los años.
 Efectivamente: ¿Qué podría proporcionarles a los trabajadores más coraje y fe en su propia fuerza que un paro masivo, decidido por ellos mismos?
¿Qué podría proporcionarles más valor a los eternos esclavos de las fábricas y de los talleres que el reconocimiento de su propia gente?

Por eso, la idea de una fiesta proletaria fue rápidamente aceptada y comenzó a extenderse de Australia a otros países, hasta conquistar finalmente todo el mundo proletario.

Los primeros en seguir el ejemplo de los obreros australianos fueron los norteamericanos. 

En 1886 se fijó el 1º de mayo como el día de la huelga universal. Ese día, 200.000 trabajadores abandonaron sus lugares de trabajo y exigieron la jornada laboral de ocho horas. Más tarde, la policía y el hostigamiento legal impidieron por muchos años la repetición de esa gran manifestación.

Sin embargo, en 1888 restablecieron su decisión y fijaron el 1º de mayo de 1890 como el día de la siguiente celebración.
Mientras tanto, el movimiento obrero en Europa se había fortalecido notablemente.  La expresión más poderosa de este movimiento ocurrió en el Congreso Internacional Obrero de 1889. En ese Congreso, al que asistieron 400 delegados, se decidió que la jornada de ocho horas debía ser la primera reivindicación. El delegado de los sindicatos franceses, el obrero Lavigne de Burdeos, propuso difundir esa reivindicación en todos los países mediante un paro universal. El delegado de los trabajadores estadounidenses llamó la atención de sus camaradas sobre la decisión de ir a la huelga el día 1º de mayo de 1890, por lo que el Congreso fijó esa fecha para la fiesta proletaria universal.

Los obreros, al igual que treinta años antes en Australia, pensaban solamente en  una única manifestación. Ese 1º de mayo de 1890 el Congreso había decidido que los trabajadores de todos los países se manifestarían juntos por la jornada de ocho horas. Nadie había hablado de repetir la celebración en años siguientes. Naturalmente, nadie podía predecir el enorme éxito que tendría esa idea ni la rapidez con que sería adoptada  por la clase obrera. Sin embargo, fue suficiente celebrar el 1º de mayo tan sólo una vez para que todos comprendieran y sintieran que debía convertirse en una institución anual y permanente.

El 1º de mayo significaba establecer la jornada de ocho horas. Pero aún después de haber logrado este objetivo, ese 1º de mayo no fue abandonado. Mientras continúe la lucha de los obreros contra la burguesía y la clase dominante, mientras todas las exigencias no hayan sido satisfechas, el 1º de mayo continuará siendo la manifestación anual de esos reclamos. Y cuando lleguen días mejores, cuando la clase obrera del mundo haya logrado su objetivo, es probable que la humanidad entera también celebre el 1º de mayo, honrando las amargas luchas y los sufrimientos del pasado.

Rosa Luxemburg
(febrero 1894)

jueves, abril 26, 2012

Los capitanes de la Revolucion de Abril se niegan a asistir a la celebración oficial en protesta por el acoso económico a la República Portuguesa

Los militares que acabaron con la dictadura protestan por los recortes

Los militares que acabaron con la dictadura el 25 de abril de 1974 se niegan a asistir a la celebración oficial como protesta por la deriva política del país


Los capitanes portugueses de la Revolución de los Claveles, los militares que devolvieron la libertad a Portugal un 25 de abril hoy hace exactamente 38 años, no han participado esta mañana, en señal de protesta por la deriva política del país, en la conmemoración oficial que se celebra cada año en la Asamblea de la República. El acto ha sido marcado por las ausencias. Al boicot se han sumado dos personalidades de inmenso peso político en la izquierda portuguesa: el expresidente de la República Mário Soares y el escritor e histórico dirigente socialista Manuel Alegre.


El anuncio lo hizo el lunes Vasco Lourenço, uno de esos capitanes que andaban por la treintena en 1974, convertido ahora en presidente de la Asociación 25 de Abril, que
agrupa a la mayoría de esos militares. Lourenço hizo público después un manifiesto, titulado Abril no se desarma, en el que exponen las razones que les han empujado a quedarse en casa y no acudir a la ceremonia en la Asamblea de la República por primera vez en la historia de Portugal.

Recuerdo de la Revolución de los Claveles en CNN+ en el 35º aniversario.

Estas razones tienen que ver con el estricto programa de ajustes emprendido por el Gobierno: “Las medidas y los sacrificios impuestos a los ciudadanos sobrepasan los límites de lo soportable”, reza el texto. Y añade: “El rumbo político protege los privilegios, agrava la pobreza y desvaloriza el trabajo”. El comunicado concluye que Portugal “no ha sido respetado como un igual, en la construcción institucional común, en la Unión Europea”. Para esta asociación, Portugal (rescatado hace un año con un préstamo de 78.000 millones de euros) “está siendo tratado con arrogancia por los poderes extremos”, en referencia a las normas impuestas por la troika (Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), instituciones que gestionaron el préstamo y que han impuesto un draconiano calendario de ajustes y recortes firmado por el Gobierno socialista de José Sócrates entonces en el poder y llevado a cabo con más escrupulosidad de la exigida y todo el convencimiento político, por el actual Gobierno conservador de Pedro Passos Coelho.

El Gobierno actual está destruyendo el Estado de bienestar que comenzó a construirse entonces”


Mario Soares, expresidente socialista


Mário Soares, al oír el lunes a Vasco Lourenço, le llamó ese mismo día por teléfono y le informó de que “por solidaridad”, tampoco acudiría a la Asamblea de la República a pesar de que a esa altura, como los 37 años anteriores, había anunciado su asistencia a esta ceremonia clave en un día clave en Portugal. Después explicó su postura: “El Gobierno actual está destruyendo el Estado de bienestar que comenzó a construirse el 25 de abril de 1974. Y tengo mucho respeto por los héroes que trajeron la democracia a Portugal”. Después, Manuel Alegre se justificó también: “No iré porque celebrar el 25 de abril sin aquellos que lo hicieron no tiene el mismo sentido. Aquel día de aquel año yo estaba en el exilio. Y si hoy en Portugal se vive en libertad se lo debemos a esos capitanes de entonces”.


Ninguno de los partidos políticos portugueses ha secundado oficialmente la iniciativa de los capitanes, aunque el Partido Socialista aseguró que “respetaba” la decisión. El primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho relacionó el rechazo a cierto “afán de protagonismo en días claves de algunos”. Varios diputados del Partido Social Demócrata (PSD), al que pertenece Passos Coelho, acusaron a los capitanes, a Soares y a Alegre de soberbia y de erigirse en los dueños de una democracia “que pertenece al pueblo”.


La decisión de los militares (y el respaldo de Soares y Alegre) ha levantado, pues, una tormenta política en un país hundido en una crisis económica, con un retroceso de un 3,3% del PIB previsto para este año, con un desempleo creciente del 15%, con una batería de medidas de austeridad que empobrecen día a día a la clase media en un día determinante: el 25 de abril es una fecha talismán para los portugueses, que recuerdan que gracias a este pelotón de capitanes que desafió una madrugada al estamento militar y al poder político del dictador Marcelo Caetano (sucesor de António Salazar) el país se sacudió en un día una dictadura apolillada de más de 50 años. Así, el día de hoy es utilizado por muchos para mirar atrás y comparar. Y el año 2012 no trae, precisamente, buenas noticias para Portugal.
Por eso, no es extraño que haya publicaciones, como el prestigioso semanario Visão, que titulen su último número: “¿Necesitamos un nuevo 25 de abril?”.

Los militares que acabaron con la dictadura protestan por los recortes | Internacional | EL PAÍS
__________________

Intervención de Vasco Lourenço





Texto completo traducido al castellano




miércoles, abril 25, 2012

El Gobierno desconfía de los ajustes autonómicos y amenaza con intervenir


Diariocrítico/Agencias 18/04/2012

El Gobierno tiene "serias discrepancias" con algunos de los planes de ajuste enviados por las comunidades autónomas para poder acogerse al mecanismo de pago a proveedores, por lo que, dado que ha asegurado que su prioridad es cumplir con la Ley de Estabilidad Presupuestaria, "no dudará" en intervenir aquellas comunidades que no puedan "cumplir sus obligaciones financieras", si bien no ha especificado a qué regiones se refiere.

  Agencias

Así lo ha advertido este miércoles el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, durante su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Congreso y también en declaraciones a los periodistas tras su intervención, en las que ha explicado que las autonomías ya han remitido al Ministerio de Hacienda sus planes de ajuste, los cuales serán aprobados o rechazados en la próxima reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, prevista para la primera quincena de mayo.

   "A partir de ahí se tomarán todos los mecanismos de la Ley de Estabilidad, sin dudar siquiera de la intervención, de la que una comunidad autónoma podrá ser objeto si manifiesta no poder cumplir sus obligaciones financieras. Si queremos generar confianza tenemos que demostrar que nuestra palabra vale algo", ha señalado.

   Beteta ha remarcado que las comunidades autónomas podrán ser intervenidas en un plazo de seis meses a partir de que se rechacen los planes de ajuste por no cumplir los objetivos de déficit o por no tener suficiente "capacidad" para devolver los gastos financieros que le generen los créditos del mecanismo de pago a proveedores.

"No se va a mirar el color político"

   Así pues, el secretario de Estado ha insistido en que, si el Ejecutivo ve necesario intervenir una comunidad autónoma, "se hará", y ha hecho hincapié en que "no va a mirar el color político" de quien gobierne esa región, sino únicamente "la necesidad de que se cumpla la ley".

   Según ha explicado a los medios después de la comparecencia en la Comisión, algunos planes de ajuste de comunidades ya han sido examinados por el Gobierno y están "conformes, en un proceso de mínimas aclaraciones", si bien con otros existen "serias discrepancias porque contienen partidas de ingresos que no se soportan con los Presupuestos Generales del Estado".

   No obstante, Beteta no ha querido concretar a qué autonomías se refiere, ya que ha dicho que hay que esperar al Consejo de Política Fiscal y Financiera, donde todos los planes de ajuste se expondrán "públicamente para que el conjunto de las regiones puedan dar opinión y conocer también la del Estado".
   Eso sí, ha advertido de que, en caso de que persistan esas "discrepancias" con las comunidades, el plan de ajuste no será aprobado en el Consejo y "empezará a cumplirse lo dispuesto en la ley en su fase uno", lo cual, si no se cumplen los objetivos de estabilidad, podría llevar a la intervención.

Para el PSOE, una "bravuconada"

   Tras la comparecencia del secretario de Estado, la diputada socialista Meritxell Batet ha dicho haberse "sorprendido" por los términos utilizados por el secretario de Estado, en concreto por la palabra "intervención", la cual, a su juicio, "no genera demasiada seguridad".

   En este sentido, Batet ha afirmado, en declaraciones a los periodistas en los pasillos del Congreso, que en la configuración del Estado español existen "mecanismos" como el Consejo de Política Fiscal y Financiera para "llegar a acuerdos conjuntamente" entre el Gobierno y las comunidades autónomas que no hacen necesario llegar a la intervención.

   En su opinión, las palabras de Beteta son "una bravuconada más como otras que ha hecho", por lo que le ha pedido que explique "mucho mejor" a qué se refiere con intervención. "¿Quiere decir llegar a la suspensión de una autonomía? Entiendo que no es lo que quería decir, pero en todo caso no genera demasiada seguridad", ha indicado.

   Además, la diputada socialista ha señalado que sería "importante" que los partidos que han apoyado en el Congreso la Ley de Estabilidad Presupuestaria --CiU, UPyD, Foro y UPN-- "sepan que el Gobierno está pensando en una intervención".

Comunidad valenciana, la comunidad con mayor deuda


   Por otro lado, la Comisión de Presupuestos del Congreso también ha servido para que el secretario de Estado haya dado a conocer las cifras individualizadas de las comunidades autónomas que se han acogido al plan de pago a proveedores. En total han sido 14, ya que Galicia, País Vasco y Navarra han rechazado adherirse a este mecanismo.

   Como ya adelantó este martes el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, la deuda de las comunidades con proveedores asciende a 17.255 millones de euros que corresponden a más de 3,9 millones de facturas. Andalucía es la región que más facturas ha presentado (772.758), por delante de Castilla-La Mancha (611.766) y la Comunidad Valenciana (578.647), si bien es esta última la que tiene la mayor deuda, de más de 4.200 millones de euros.

   La segunda en el ranking de deuda es Andalucía, con 2.763,5 millones, seguida de Castilla-La Mancha, con 2.510,4 millones; Cataluña, con 1.984,7 millones; Madrid, con 1.279,4 millones; Murcia, con 1.173,3 millones; Castilla y León, con 1.066 millones; Baleares, con 742,3 millones; Aragón, con 405,6 millones; Cantabria, con 329 millones; Asturias, con 259 millones; Canarias, con 232,7 millones; Extremadura, con 227,2 millones; y La Rioja, con 76 millones.

Diferencias sobre las condiciones de pago

   Aunque la diputada del PSOE ha subrayado durante la Comisión que su grupo respalda este plan de pago, ha dicho no estar de acuerdo con las "condiciones" impuestas a las administraciones públicas que se hayan querido acoger a él. Sobre todo ha puesto el acento en el tipo de interés del 5 por ciento al que deberán devolver los préstamos que utilicen para pagar a sus proveedores.

   Por lo tanto, en su opinión se trata de un "instrumento muy caro", al tiempo que considera que con los planes de ajuste que tienen que elaborar comunidades y entidades locales éstas se verán "abocadas al despido de personal laboral, subida de tasas e impuestos o disminución de prestación de servicios públicos", entre otras medidas, para poder hacer frente al pago de los créditos.

   Sobre el tipo de interés, Beteta ha negado que sea caro. Es más, ha asegurado que "no puede ser más barato" porque el mecanismo de pago ofrece la posibilidad de dos años de carencia y diez años para devolver los préstamos.

   En cuanto a los planes de ajuste, el secretario de Estado ha respondido a la diputada que cada administración tendrá "libertad para elegir entre cobrar más o gastar menos o un mix de las dos". "Yo creo en la libertad de cada administración. Sólo exijo que se cumpla la estabilidad presupuestaria. Hay facturas en pesetas y es algo que nos debería avergonzar", ha explicado.

¡Libertad a los presos políticos!

Un chico corriente



Esta es la historia de un chico corriente, asmático, de 90 kilos y que no hace deporte. Vive con sus padres, depende económicamente de ellos, va siempre de vacaciones con ellos, los fines de semana si salen...también, no tiene una doble vida. Es un tipo normal, como tú o como yo. Hasta hace unas semanas.

Con 20 años está en tercero de Física y con estupendas notas (8,5 de Selectividad) el año que viene acabará la carrera y empezará otra, ingeniería electrónica. Por las tardes trabaja cuatro horas becado en el aula informática fundador de la Asociación de Robótica y Electrónica (Fisitrónica), es miembro del Consejo de Estudios de Física y candidato al Claustro Universitario cursando quinto de inglés en la EOI, miembro de la Asociación de Magos e Ilusionistas de Catalunya, fundador de la sección de la iIusionismo y Magia de la Lira Vendrellenca. Está afiliado a la Asociación de Estudiantes Progresistas de la Universidad de Barcelona. No sabe lo que es un antecedente. No pertenece ni ha pertenecido a ninguna organización
violenta.

Este chico vive en Coma-ruga (El Vendrell, Tarragona) y su padre es conductor de autobús y su madre administrativa en Barcelona. Cada día salen de casa juntos, le dejan en la Universidad (está en la Diagonal, en la entrada de Barcelona) y le recogen al atardecer.

Siendo Semana Santa y todo el mundo de vacaciones, el decano de la facultad hizo una carta de apoyo y recomendación, ahora la ha hecho el rector; los abogados de Barcelona, la federación de vecinos de Barcelona, la Asociación Catalana de Defensa de los Derechos Humanos, los magos, la CUP y otros han intercedido a favor de él.Se llama Ismael Benito y lleva encarcelado sin imputación, sin juicio y en prisión preventiva (supuestamente por la peligrosidad de sus estudios) desde la Huelga General del 29 de Marzo. Le vincularon con una mochila (él lo niega) con una botella de disolvente, unos petardos y un walkie-talkie y de pertenencia a banda organizada.


Todo esto se lo contó a un periodista de confianza unos padres desesperados. Él ha pedido ir a las televisiones a contar su versión y en ninguna le dejaron. En la cárcel, dónde ven solo Tele5 porque así o quieren los 'más fuertes' que tienen el mando a distancia, está harto de que le vinculen a quema de contenedores y violencia. Cuando sus padres le llaman por teléfono, les dice "el mundo se ha vuelto loco".


Quieren criminalizar cualquier comportamiento fuera de este
‘establishment’ forzado, quieren vender miedo para que no discrepes encarcelando a tu vecino, quieren evitar que te manifiestes reformando un código penal para volver a años dictatoriales, manteniendo en la cárcel sin pruebas, impidiendo la resistencia pacífica, criminalizando la libertad de expresión, el derecho a reunión... Quieren meter en el saco de los cuatro violentos de siempre a los que protestan y luchan por unos derechos marinados durante 30 años y que en 6 meses les han arrebatado. En definitiva quieren gobernar y blindarse legalmente ante las respuestas legítimas del pueblo para convertir su fracaso estrepitoso en un silencio forzado que justifique sus políticas.
Utiliza tus herramientas personales para difundir, contar y luchar por defender la verdad de lo que está pasando. La verdad que veas por la calle, en tu trabajo, en tu administración, en tu colegio. Tú eres periodista, eres policía y eres político... tu voz no vale menos que la de ellos. No estamos en el siglo 18, ahora hay medios para construir una versión mucho más cercana a la verdad que la que ellos
quieren ‘homologar’.

¡Pásalo!


Más Info:

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/04/10/catalunya/1334085835_795559.html

http://www.lacerca.com/noticias/espana/jovenes_libertad_ismael_daniel-112802-1.html


http://www.lacerca.com/noticias/espana/jovenes_libertad_ismael_daniel-112802-1.html


http://llibertatestudiants29m.blogspot.com.es/


estaticos.diaridetarragona.com/resources/archivos/2012/4/10/13340796261041004chico29Mdn.jpg

sábado, abril 21, 2012

Declaración del Frente de Izquierdas (argentino) ante el anuncio sobre YPF







La expropiación parcial de YPF resuelta por el gobierno es una medida de crisis impuesta por el vaciamiento de la industria petrolera, que alcanzó en los últimos años una dimensión nunca vista y que contó con la complicidad de los gobiernos nacionales y provinciales. La imposibilidad de pagar una factura por importaciones de combustibles de más de 12.000 millones de dólares, en un cuadro de fuga de capitales y escasez de dólares, empujó al gobierno a esta expropiación parcial, buscando con la caja de YPF financiar, al menos en parte, esa cifra gigantesca.
Que el objetivo oficial no apunta a una real nacionalización petrolera se encargó de aclararlo la propia Presidenta. En cambio, el proyecto de ley establece que seguirá siendo una Sociedad Anónima, que cotizará en bolsa y que, por lo tanto, deberá atender a la orientación exigida por los accionistas privados: algo muy similar a la YPF de Menem y Kirchner de 1994. A la vez, queda habilitada para acuerdos con los grandes monopolios petroleros, algo que los funcionarios dijeron que promoverán de manera sistemática.
En oposición a esta política el Frente de Izquierda y de los Trabajadores plantea que el 100% de YPF debe ser expropiada, sin compensación alguna, y pasar a manos del Estado bajo el control y la gestión de los trabajadores. Nos oponemos que se pague un solo centavo a una empresa que, como Repsol, debería devolverle a la clase obrera y al pueblo argentino todos los recursos no renovables saqueados durante años, amén del daño ambiental producido.
Rechazamos y repudiamos todas las declaraciones del gobierno español del PP, apoyado por la oposición del PSOE, en defensa de sus intereses saqueadores imperialistas. Somos solidarios con los trabajadores del Estado Español que enfrentan los brutales recortes y la flexibilización laboral producidos por la crisis capitalista mundial que aplican estos partidos en el gobierno. Los llamamos a ellos a no hacer causa común con patronales como Repsol, saqueadores en nuestras tierras, ajustadores en el Estado Español, sino a enfrentarlos juntos.
El proyecto del gobierno no afecta al resto de los monopolios petroleros instalados en el país. La expropiación onerosa se limita al 51% de YPF, una empresa que maneja sólo el 34% del negocio petrolero. Por eso también sostenemos la expropiación y estatización, bajo control de sus trabajadores, de toda la industria petrolera y gasífera, en todas sus etapas.
Néstor y Cristina Kirchner y gran parte de los políticos patronales (justicialistas o radicales) fueron partícipes y cómplices de la privatización y enajenación de los hidrocarburos en la década de los noventa, junto con Menem y la UCR. Desde 2003 han sostenido todo el andamiaje “neoliberal” de entrega y saqueo, al que rescataron con los fondos públicos. Consecuentes con esa historia, el gobierno kirchnerista busca ahora controlar la mayoría accionaria de YPF para ofrecerle el negocio a otros capitales imperialistas, como lo afirma claramente en el artículo 17 del proyecto de Ley. Aunque es presentado como la “recuperación de la soberanía petrolera”, el anuncio oficial sobre YPF mantiene un planteo privatizador. Asimismo constituye un manotazo para pagar los más de 10 mil millones de dólares que costará el combustible que la Argentina tiene que importar este año. La brasileña Petrobras, el ´modelo´ que Cristina Fernández quiere emular, es dirigida desde la Bolsa, donde cotizan sus acciones los fondos ingleses y norteamericanos que forman parte de su capital accionario. Como si esto fuera poco, el proyecto dejado intacto los intereses del grupo Petersen (Ezquenazi), que accedieron a YPF sin poner un peso, y con una deuda en favor de Repsol y de bancos internacionales que pagan con las utilidades de la compañía. O ese régimen persiste, o sus acciones pasarán a manos de sus acreedores, reforzando la posición del capital financiero en YPF. Las dos variantes benefician a los vaciadores –nacionales o extranjeros- de la petrolera.
Rechazamos de plano la postura de Mauricio Macri, émulo de las privatizaciones y la derecha entreguista. El resto de la oposición patronal defiende el planteo de re-privatización de YPF que de manera muy nítida establece el proyecto oficial. Su voto positivo al mismo muestra la comunidad de intereses que existe en entre los bloques políticos capitalistas.
Este Primero de Mayo nos movilizaremos a la Plaza de Mayo, para realizar un acto obrero, socialista e internacionalista, en el que plantearemos entre otras demandas fundamentales de los trabajadores, la renacionalización sin pago de Repsol, del 100% de YPF y todas las empresas petroleras: por una empresa nacional estatal única que funcione bajo el control y la gestión de sus trabajadores, por la nacionalización de la banca y un plan nacional energético controlado por los trabajadores.


20/04/12

FRENTE DE IZQUIERDA
y de los Trabajadores
 
Partido Obrero - Partido de los Trabajadores Socialistas - Izquierda Socialista.

www.po.org.ar
- www.pts.org.ar - www.izquierdasocialista.org.ar



jueves, abril 19, 2012

YPF: patriotismo petrolífero de patas cortas


 José María Delgado

A primera vista parece que el gobierno de la República Argentina goza de legitimidad para expropiar el 51% de YPF, filial de la matriz española REPSOL, hablo naturalmente de legitimidad según el paradigma que sostendría una izquierda radical y democrática, que no le cueste al pueblo argentino mas el collar que el perro y que no se trate de una maniobra de Cristina Fernández Kirchner para camuflar y hacer pasar desapercibida otras medidas antiobreras y populares, y que, finalmente, la verdadera "inversión" no sea en nacionalismo mas o menos peronista, son sospechas que desearíamos despejar de medidas expropiadoras semejantes que siempre nos evoca finales mas justo y mas en linea con las aspiraciones de soberanía popular y de independencia proletaria.

En España, en medio de una crisis de la deuda a la que no se le ve el final, con un ataque feroz a las conquistas populares en salarios y servicios públicos, en evidencia y en ridiculo el gobierno y la oposición del PSOE así como la coalición nacionalista (¡y a la vanguardia del neoliberalismo peninsular!) que gobierna en Cataluña, por su seguidismo a la cúpula de la UE y del FMI, con la institución monarquica en descrédito galopante, las posibilidades de que florezca un "nacionalismo pro empresas multinacional" , de no ser risible sería patético. Naturalmente siempre existen sectores fascistas y parafascistas o de extrema derecha dispuestos a sumarse al coro ultraliberal dominante que siente como amenaza en carne y cartera propia semejantes expropiaciones, por lo demás con mas de cinco millones de desempleados el patriotismo petrolifero tiene visos de prosperar poco. 

Por lo demás, pragmáticos siempre, hasta el ridiculo, nuestra clase política continuará insistiendo en la denuncia del agravio cometido por la Kirchner mientras negocia bajo cuerda un precio razonable por YPF y garantias jurídicas para Telefónica, BBVA, Santander, etc., en Argentina y le sirve de pantalla para oscurecer medidas como las de ayer mismo adelantó el ministro de Educación, Wert, de recortar tres mil millones de euros para la enseñanza, aumentando el número de alumnos por aula y de horas lectivas consiguiendo así librarse de 20.000 profesores interinos, sin plaza fija. Por la otra banda, CFK, nos recuerda haciendo hoy lo contrario de lo que acometió hace veinte años, apresurandose a colaborar con la privatización de YPF  (http://www.teinteresa.es/dinero/Cristina-Kirchner-privatizacion-YPF-expropia_0_683333874.html

Sin duda el patriotismo, como la mentira, a uno y otro lado del charco, tiene las patas cortas. 

Cuándo está en todo los medios que REPSOL negociaba con una empresa china venderle el 57% de YPF, la sospecha de que el gobierno de Fernández pretendería con la nacionalización conseguir un mejor precio de los chinos al tiempo que garantías de las cuantiosas inversiones necesarias para explotar el crudo no convencional recientemente descubierto de Vaca Muerta, dejaría este acto de soberanía de nuevo fuera del alcance de los intereses y de lo que por tal cosa cabalmente puede entender el pueblo argentino...cuándo consigue librarse del veneno peronista.

Argentina nacionaliza su petróleo

Red Voltaire

El gobierno de Argentina, presidido por Cristina Fernández de Kirchner, ha confirmado los rumores de los últimos días y ha anunciado la nacionalización de la empresa YPF, filial de la multinacional REPSOL. En este post recopilamos la información más relevante que hemos publicado estos días sobre esta cuestión.
En primer lugar conviene hacer algunas aclaraciones acerca de la propia medida, pues de momento las informaciones son imprecisas. Se habla tanto de “expropiación” como de “nacionalización” y de “compra”, sin precisar mucho más. Las definiciones son importantes y deben acompañar a los conceptos, pero hasta el momento la información disponible nos indica que se trata, efectivamente, de una nacionalización –por lo tanto pagada, pero sin precio asignado hasta el momento- por parte del gobierno argentino

(leer mas) 

miércoles, abril 18, 2012

Demografia y pensiones


 Vicenç Navarro
 
EL PLURAL, 17 de enero de 2011


Este artículo analiza criticamente los supuestos que se hacen para concluir que la transición demogràfica, consecuencia del aumento de la esperanza de vida, hacen el sistema público de pensiones inviable. El artículo muestra que tales supuestos no tienen bases científicas.

Una de las áreas donde más confusión hay en el debate actual sobre las pensiones es en el impacto que el crecimiento de la esperanza de vida pueda tener sobre la viabilidad del sistema de pensiones. Se dice constantemente que el hecho de que la esperanza de vida de la población española haya crecido cuatro años en los últimos veinte años hace que, extrapolando este crecimiento al futuro, resulta que el sistema de Seguridad Social no podrá pagar las pensiones de los años extra que la ciudadanía vive ahora sobre los años que vivían sus antepasados. Esta postura se presenta en formas y con argumentos muy diversos. Uno de ellos es la declaración de que el sistema público de pensiones cuando se estableció no estaba pensado para una población que viviera tantos años. De ahí la necesidad de alargar obligatoriamente la edad de jubilación.

EL ERROR DEL ARGUMENTO


Tal argumento ignora qué es y cómo se calcula la esperanza de vida. Supongamos que España tuviera sólo dos ciudadanos: uno, Pepito, que muere al día siguiente de nacer, y otro, la señora María, que muere a los 80 años. En esta España imaginaria, la esperanza de vida promedio de la ciudadanía española es de (0+80)/2=40 años. Pero, supongamos que en el país vecino, Vecinolandia, hay también sólo dos ciudadanos: uno, Juanito, que en lugar de morir al día siguiente como Pepito, vive veinte años. La otra persona, la señora Julia, sin embargo, vive, como la señora María, 80 años. En este segundo país, Vecinolandia, la esperanza de vida es de (20+80)/2= 50 años, es decir, diez años más que España. Pero esto no quiere decir que la Sra. Julia haya vivido diez años más que la Sra. María (como constantemente se interpreta). Lo que ocurre es que en Vecinolandia los niños viven más años.
 
Pues bien, esto es lo que ha ocurrido en España durante los últimos cincuenta años. Los infantes y adolescentes viven más años ahora que antes. Y lo mismo ocurre en la mayoría de grupos etarios. En realidad, el mayor crecimiento de los años de vida ha sido en las edades tempranas y adultas, más que en las edades tardías. Naturalmente que ello implica que viven más personas que alcanzan la ancianidad. Pero el incremento de los años de vida una vez alcanzada la ancianidad, no ha sido muy notable. En realidad, han aumentado mucho más los años de vida en la época de prejubilación que en la época posjubilación. Así, en EEUU, en la primera mitad del siglo XX, los hombres vieron aumentar sus esperanzas de vida 22 años y las mujeres 21 años. Pero en cambio, el aumento de los años de vida de las personas por encima de los 65 años aumentó sólo cinco años para los hombres y sólo 2,5 años para las mujeres. La esperanza de vida no debe utilizarse, pues, como constantemente se hace, para analizar los años de longevidad para los ancianos. En 1919 un joven de 20 años podría llegar a vivir 8.3 años después de alcanzar los 65 años. Esta cifra sólo ascendió a 13.8 años en 1969. Es decir, que durante cincuenta años una persona joven de 20 años sólo vio aumentar 5.5 años de vida después de llegar a anciano.
 
Puede verse, pues, que el mayor incremento de los años de vida han sido en el periodo de prejubilación, no en la posjubilación, la cual ha sido relativamente menor. Es importante, pues, saber cómo se miden los años de vida extra. No se puede calcular este número sumando todos los años que la gente vive y dividiéndolo por el número de personas (como constantemente se hace). Hay que calcular los años de vida por cohortes de la misma edad en dos generaciones distintas. Haciéndolo de esta manera se ve que el incremento ha sido menor. En realidad, la transición demográfica trabaja a favor, en lugar de en contra, del sostenimiento de las pensiones, pues el número de años trabajados (número de horas trabajadas multiplicado por el número de trabajadores) ha ido aumentando en los grupos prejubilados. Las tasas que constantemente se utilizan de número de adultos por anciano tienen escasa relevancia, pues tiene una visión estática y no dinámica. Es decir, no tiene en cuenta el incremento del número de horas trabajadas por cada grupo etario de trabajadores, resultado de una tasa de supervivencia de las personas en aquel grupo etario (ver David Rosnick Social Security and the Age of Retirement. June 2010), Center for Economic and Policy Research).

LO QUE IMPORTA ES EL NUMERO DE AÑOS SALUDABLES QUE LOS ANCIANOS VIVEN
 
Pero otro problema es el supuesto que se hace constantemente de que a más años de vida en los ancianos, más años de trabajo. Se asume (erróneamente) que con el retraso del año de muerte va acompañado del retraso del envejecimiento. Se supone que las mismas causas que determinan que las personas mueran más tarde actúan sobre el envejecimiento. El problema con esta postura es que la evidencia científica cuestiona tal supuesto. La edad de envejecimiento no se ha retrasado: todo lo contrario, se ha adelantado. Los profesores Eileen Crimmins y Hiram Beltrán-Sánchez de la Cátedra de Geriatría de la Universidad del Sur de California han señalado que el número de años saludables (es decir, sin enfermedades) ha ido decreciendo y ello a pesar de que los años de vida han aumentado. Las personas por encima de 65 años tienen menos años saludables que antes.

Vemos pues que no se están considerando suficientemente los costes humanos de las medidas que proponen llevar a cabo, retrasando la edad obligatoria de la jubilación dos años. Pero la situación es incluso más preocupante e injusta, pues el alargamiento de los años de vida ha sido muy desigual en España, según la clase social a la cual pertenece el ciudadano. En España, un burgués vive diez años más que un trabajador no cualificado con más de dos años en paro. La obligatoriedad, por lo tanto, impuesta de manera que todos retrasen dos años más su edad de jubilación, afecta muy desigualmente a las distintas clases sociales. Para la burguesía, pequeña burguesía y clases medias profesionales, tal alargamiento puede ser positivo, pues tales grupos sociales, además de vivir más años que los demás, tienen un tipo de trabajo estimulante, agradable y beneficioso para su propia existencia, una situación muy distinta, sin embargo, que la de la clase trabajadora, la mayoría de la cual hace un trabajo poco estimulante, repetitivo y más manual que intelectual. Tratar a todos por el mismo rasero es profundamente injusto. Ni la vida ni la muerte tratan a todos por igual. Y esto es lo que ignoran los que quieren que todos se jubilen dos años más tarde que ahora.

sábado, abril 14, 2012

Sánchez Gordillo: "Hacer un referéndum cuando ya se ha llegado a un acuerdo con el PSOE es un pucherazo"





Juan Manuel Sánchez Gordillo
EUROPA PRESS

Asambleas críticas de IU-CA piden que se consulte sobre "todas las opciones" y aumentan sus exigencias para apoyar la investidura

   SEVILLA, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -
   El parlamentario andaluz electo de IU y líder de la formación CUT-BAI, Juan Manuel Sánchez Gordillo, ha manifestado este sábado que celebrar un referéndum entre las bases de IULV-CA después de que la formación ya haya llegado a un acuerdo con el PSOE andaluz supone un "pucherazo" y una "tomadura de pelo a las bases", al tiempo que ha lamentado que haya "gente" dentro de su formación que está "fusilando a IU por su prisa para ocupar un sillón".  
   Sánchez Gordillo se ha expresado de este modo en declaraciones a Europa Press después de participar en la reunión de 34 asambleas de IULV-CA contrarias a un pacto de gobierno con el PSOE celebrada este sábado en Osuna (Sevilla), donde las distintas agrupaciones han defendido la realización de una consulta "abierta" que contemple "todas las opciones", incluida la de rechazar la investidura.
   Así, Sánchez Gordillo ha mostrado su "temor" a que el próximo día 18 de abril la dirección de IULV-CA "llegue a un acuerdo" con el PSOE y que la consulta posterior prevista para el día 24 sea "solo un plebiscito". "¿Dónde está la democracia directa y real que pedían en campaña?", ha cuestionado.
   Del mismo modo, defiende que este referéndum debería realizarse entre "toda la militancia de las asambleas" de la federación de izquierdas, de forma que "todos los que se están moviendo de forma activa puedan votar, incluidos los que por el motivo que sea no puedan pagar la cuota".

CUATRO NUEVAS CONDICIONES A REALIZAR EN UN AÑO

   Asimismo, las 34 asambleas de bases de IULV-CA reunidas este sábado han reiterado su "rechazo absoluto" a un pacto de gobierno o de legislatura con el PSOE, mientras que han incrementado sus condiciones para apoyar la investidura de José Antonio Griñán como presidente de la Junta de Andalucía.
   Así, a las cuatro exigencias establecidas en la reunión de bases celebrada el pasado 5 de abril --dimisión de todos los cargos de las Consejerías de Empleo y Economía, Innovación y Ciencia relacionados con el 'caso de los ERE'; el fin de los desahucios; una renta básica para personas en situación de desempleo sin prestación, y un plan de empleo público para parados--, se han añadido otras tantas que pasan por "la creación de un Banco Público andaluz, realizar una reforma agraria con expropiación de grandes latifundios, establecer la vivienda como un derecho y una reforma de la Ley Electoral".
   Sánchez Gordillo ha puntualizado que todas estas reformas, que han sido acordadas por miembros de asambleas procedentes de "más de 60 municipios", deberían llevarse a cabo "en el primer año de legislatura" como condición indispensable para apoyar la investidura, de lo contrario, procederían a "tirarse del tren en marcha".
   El también alcalde del municipio sevillano de Marinaleda ha expresado este sábado que "es mentira que los andaluces quieren que gobierne IU", pues considera que, en este caso, se hubiera dotado a esta formación de "40 escaños, no doce". De este modo, Sánchez Gordillo considera que el papel que Andalucía ha otorgado a su formación es que "ayude a que haya políticas más de izquierda", pero ha lamentado que hay "gente" dentro de su formación que está "fusilando a IU por su prisa para ocupar un sillón".

"EL REY SE HA CAÍDO PORQUE LA REPÚBLICA LE HA EMPUJADO"

   Sánchez Gordillo también ha aprovechado este 14 de abril, en el que se conmemora el 81 aniversario de la proclamación de la II República, para defender la instauración de este régimen político en España, algo que "debería haberse hecho con la Transición", según ha defendido, criticando que el líder del Partido Comunista, Santiago Carrillo, "traicionase" a los que "murieron por defender" esta forma política.
   Así, ha destacado como una "señal" el accidente sufrido por el Rey Juan Carlos este sábado en Botsuana, donde se encontraba de caza. "Que el Rey se haya caído significa que la República lo ha empujado, porque la Monarquía no tiene ningún sentido", ha afirmado. Por último, ha manifestado que "hay que tener poca vergüenza y sensibilidad para irse de caza mientras hay seis millones de parados y doce millones de pobres en España".
© 2012 Europa Press. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de todo o parte de los servicios de Europa Press sin su previo y expreso consentimiento.

¿Cambios en la socialdemocracia francesa y española?



Sistema Digital


Parece que el descontento de la ciudadanía con los instrumentos políticos que históricamente han sido más receptivos a las demandas de las clases populares -tales como los partidos socialdemócratas- están teniendo un cierto impacto en algunos países, provocando la recuperación de parte del ideario político que se había abandonado cuando gobernaban. Uno de los protagonistas del cambio provocado por este descontento popular es el Partido Socialista Francés (PSF). Su candidato François Hollande había sido el candidato “moderado” durante las últimas primarias de tal partido. Su “moderación” había sido la causa de la aprobación y simpatía por parte del establishment mediático en Francia hacia su candidatura, un establishment temeroso de cualquier contagio radical del PSF por parte de las corrientes de izquierda de aquel partido y de fuera de él. Un elemento atractivo del candidato Hollande para tal establishment mediático había sido su abandono de políticas redistributivas. La redistribución no era un concepto con el cual tal político se hubiera encontrado cómodo. Hollande representaba con esta actitud un comportamiento bastante generalizado en gran número de partidos socialdemócratas europeos (ver mi artículo “El abandono de las políticas redistributivas por parte de las izquierdas gobernantes” en www.vnavarro.org, publicado en Sistema Digital. 06.01.12).
Como parte de este abandono, Hollande había indicado que estaba en contra de elevar sustancialmente los impuestos de los súper ricos, aduciendo los mismos argumentos que han utilizado los políticos conservadores y liberales (en realidad, neoliberales) para rechazar tales políticas fiscales. Hace sólo un año, Hollande afirmó, como ha indicado recientemente el ‘Financial Times’ (28.02.12), que estaba en contra de tales medidas “confiscatorias” (el término que utilizó), pues lo único que tales políticas conseguirían sería que los súper ricos se desplazaran a otros países, argumento que el lector habrá leído miles de veces en los medios (muy influenciados por los ricos). Hollande afirmó que quería que los súper ricos pagaran impuestos en Francia y sólo lo conseguiría evitando impuestos confiscatorios.

Pero, mira por donde, durante la campaña electoral Hollande ha cambiado de posición, e informa a todo el mundo, incluidas las clases populares, que gravará los ingresos de más de un millón de euros, con un 75% de tasa marginal. Ni que decir tiene que los súper ricos han puesto el grito en el cielo, como documenta muy bien el artículo de Hugh Carnegy en el ‘Financial Times’ (28.02.12) que he citado en el párrafo anterior. Este grito ha sido apoyado por el candidato conservador-neoliberal, Sarkozy, el cual ha subrayado que tal política fiscal afectaría negativamente al nuevo ídolo cinematográfico francés Jean Dujardin, reciente ganador del Oscar al mejor actor, insinuando que Francia perdería tal tipo de personalidades carismáticas de la cultura francesa si tales políticas fiscales “confiscatorias” tuvieran lugar, ahuyentando el talento y a los súper ricos de Francia. Parece que tal argumento no está teniendo ningún impacto en la población francesa. Según Carnegy, nada menos que entre el 61% y el 65% de franceses aprueban tal medida fiscal, supuestamente “confiscatoria”, lo cual explica que el candidato Hollande lo esté pidiendo ahora, en periodo electoral. Ahora bien, el problema que tiene Hollande es que la población francesa tiene memoria (y la campaña Sarkozy se lo recuerda citando las declaraciones de Hollande en contra de las medidas que ahora apoya). De ahí su grave problema de credibilidad. Ahí está el problema del Partido Socialista Francés y de gran número de los partidos socialdemócratas europeos. El cambio en los partidos socialdemócratas no debe ser sólo de valores y programas, sino también de equipos y personas. Hollande es un personaje político muy vulnerable, pues hoy apoya medidas a las que ayer se opuso.

Esta observación no tiene por qué desmerecer las medidas que ahora apoya. En realidad, éstas significarían, en caso de aplicarse, un cambio muy sustancial de las políticas públicas existentes hoy en Francia y en la mayoría de los países de la Unión Europea. Por primera vez, un dirigente político, con posibilidades reales de salir elegido presidente de un país, propone cambiar las políticas neoliberales de austeridad que dominan hoy en la Unión Europea, poniendo en su lugar políticas de estímulo económico y creación de empleo. Hollande ha cuestionado el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobierno (TSCG), impuesto por el binomio Merkel-Sarkozy, que está desmontando el Estado del Bienestar en los países de la Unión Europea, forzando recortes de gran magnitud en el gasto público, incluyendo gasto público social.

El objetivo central de la banca, dirigida por el BCE y por el binomio Merkel-Sarkozy, es desmantelar la protección social y debilitar al mundo del trabajo, incluso a costa de crear otra Gran Recesión (las políticas del Gobierno Rajoy están también claramente en este sentido). La llamada “crisis de la deuda pública” (una crisis artificial, creada en parte por la banca y el BCE) cuenta a su servicio con las agencias de valoración de bonos, que juegan un papel determinante en la creación de tal crisis. No es mera casualidad que François Fillon, primer ministro del Gobierno Sarkozy, utilizara como máximo indicador de “la falta de rigor” de las propuestas del candidato Hollande, el hecho de que cualquiera de estas agencias de evaluación de bonos les daría un suspenso mayúsculo (Le Journal Dimanche, 15.01.12). El señor Fillon, por cierto, ha sido uno de los oponentes a establecer agencias de valoración públicas europeas que valoraran objetivamente y rigurosamente los bonos públicos de los Estados de la Unión Europea. La falta de credibilidad de las agencias privadas está bien mostrada, incluso por dirigentes de tales agencias, tales como el vicepresidente de Moody’s, que tras dejar la agencia admitió, frente a la comisión del Congreso de EEUU encargada de analizar las causas de la crisis financiera, que los trabajos de tales agencias están orientadas primordialmente a satisfacer los intereses de sus clientes, en lugar de realizar análisis objetivos de la valía de tales bonos. Más claro es imposible decirlo. Y estas agencias, que son utilizadas por el BCE como su indicador de calidad de los productos financieros, son las que están creando el problema artificial de la deuda pública.
LA IMPORTANCIA DE LA VICTORIA DE HOLLANDE
Es importantísimo para la Unión Europea que el binomio Merkel-Sarkozy deje de dominar tal comunidad. La derrota de Sarkozy podría ser un paso en esta dirección, aunque es frustrante que la socialdemocracia alemana esté todavía estancada en el pensamiento neoliberal heredado del Gobierno Schröder, que el Gobierno Zapatero intentó imitar. Ni que decir tiene que existen distintas opciones dentro del Partido Socialdemócrata alemán. Pero el que probablemente sería el sucesor de Merkel, Peer Steinbrück, en caso de que ganara tal partido, ha ridiculizado las propuestas de Hollande, acusándole de “ingenuo”, añadiendo que es más que probable que cambiaría una vez elegido, lo cual, por cierto, no es nada descartable. Serge Halimi, director de ‘Le Monde Diplomatique’, en un artículo titulado “Sacking Sarkozy won’t be enough” en la revista de izquierdas de EEUU ‘Counterpunch’ (03.04.12), señala como Lionel Jospin, que como candidato había criticado el Pacto de Estabilidad (como ahora Hollande critica el TSCG), acabó aceptándolo tras meros cambios estéticos (añadiendo la palabra crecimiento después de estabilidad, sin proveer los instrumentos para poder estimular la economía). La imagen de Hollande, apoyando ahora medidas que ayer criticó, subraya la vulnerabilidad de su credibilidad. El punto clave, sin embargo, no es tanto lo que ahora Hollande (y otros dirigentes de la socialdemocracia) prometen, aunque es positivo que lo prometan, sino lo que harán cuando salgan elegidos presidentes. Dirigentes de todos los partidos (y los partidos socialdemócratas entre ellos) prometen medidas populares que, frecuentemente, luego no llevan a cabo. Que lo realicen o no, dependerá, no de su palabra, promesa, o programa electoral, sino de dos factores. Uno es la fuerza de los partidos a su izquierda. Sin que estos partidos tengan suficiente poder en Francia para influenciar al PSF, el gobierno Hollande no lo hará. Y el segundo factor, incluso más importante que el primero, es la movilización y presión popular por parte de los movimientos sociales y del movimiento sindical. Sin que ello ocurra, el “talante” moderado del señor Hollande predominará si gana las elecciones, por mucho que haya prometido lo contrario.

¿CAMBIOS EN LA SOCIALDEMOCRACIA ESPAÑOLA?

Una situación todavía más acentuada de vulnerabilidad de su credibilidad es el caso Rubalcaba en el PSOE. ¿Cómo puede hacer propuestas de cambio cuando él, secretario general del partido socialdemócrata, el PSOE, fue el segundo de a bordo del Gobierno Zapatero hasta hace sólo unos meses? Las medidas tomadas por el Gobierno Zapatero en respuesta a la crisis fueron enormemente impopulares y causaron la mayor derrota electoral que el PSOE haya sufrido desde el establecimiento de la democracia en España. Y el Gobierno Zapatero tenía como la persona más poderosa, después del propio Zapatero, a Rubalcaba, que siempre defendió tales medidas. La falta de recambio en la dirección de tal partido le ha hecho un flaco favor al mismo, pues el Gobierno Rajoy puede responderle, como hace responde constantemente, “¿por qué no hizo usted estas políticas públicas que ahora recomienda cuando usted gobernaba?”. Esta vulnerabilidad la utiliza efectivamente el Partido Popular en casi cada ocasión que recibe críticas de Rubalcaba.

La clara necesidad de un cambio dentro de la socialdemocracia en España y en Europa ha originado una serie de respuestas que advierten del supuesto peligro que la socialdemocracia mire a su pasado e intente recuperar sus “esencias”, término peyorativo que se utiliza para definir las políticas públicas de carácter redistributivo que se han basado en un intervencionismo público acentuado. Así, Soledad Gallego Díaz, en un artículo titulado “¿Hay futuro para la social democracia?” en ‘El País’ (25.03.12), desanima a la socialdemocracia a recuperar sus principios, tales como su énfasis en políticas redistributivas, concluyendo que el renacimiento de la socialdemocracia no puede basarse en el abandono de la Tercera Vía o la Neue Mitte de Gerhard Schröder (que sí que abandonaron tales políticas). Un tanto semejante ocurre en el artículo de José María Maravall titulado “los deberes actuales” (27.03.12), donde tal autor, que en su día fue ministro del Gobierno de Felipe González, aplaude también a Tony Blair y Gerhard Schröder por haberse distanciado de lo que llama despectivamente las “esencias” de la socialdemocracia, lo cual les llevó a una larga estancia en el Gobierno, que Maravall atribuye a la popularidad de sus medidas.
Tales expresiones de admiración responden a un gran desconocimiento sobre la inexistente supuesta popularidad de tales Gobiernos. Como varios autores han documentado (ver mi artículo “El porqué del declive de la Nueva Vía en el socialismo español”, ‘Sistema Digital’, 10.06.11), el Partido Laborista liderado por Blair fue perdiendo apoyo electoral a partir de su primer mandato, cuando abandonó lo que Soledad Gallego Díaz y José María Maravall llaman despectivamente las “esencias” socialdemócratas. Tal partido había conseguido el 33% del electorado en 1997, la primera vez que fue elegido. En 2001, bajó ya al 25%, más tarde, en 2005 al 22% y en 2010 ya colapsó al 19%. La larga permanencia del Gobierno Blair tuvo poco que ver con la popularidad de sus políticas (en realidad, muy poco populares), y mucho con el sistema bipartidista de Gran Bretaña y la enorme crisis del Partido Conservador. Si Gran Bretaña hubiera tenido un sistema proporcional, el Partido Laborista no podría haber continuado gobernando por tanto tiempo. Un tanto semejante ocurrió con el Partido Socialdemócrata alemán, bajo el liderazgo de Schröder. Éste había conseguido alcanzar el 34% del electorado en 1998, para bajar al 30% en 2002, al 27% en 2005 y al 16% en 2010. Además, perdió casi la mitad de sus miembros. En realidad, la enorme crisis de los partidos socialdemócratas se basa en su abandono de los principios socialdemócratas entre los cuales la redistribución sustancial de los recursos fue uno de sus principios básicos.

Maravall asume, erróneamente, que el abandono del compromiso redistributivo de los Gobiernos socialdemócratas (diluido con el paso del tiempo) se debe a su compromiso con el principio de universalidad, es decir, con su compromiso con la expansión de los derechos de la ciudadanía o universalización de los derechos. No hay contradicción, sin embargo, entre universalidad y redistribución. En realidad, el primero requiere lo segundo. No puede garantizarse el acceso universal a los servicios públicos del Estado del Bienestar sin medidas redistributivas. La universalización de los derechos sociales, garantizando que todo ciudadano tenga igual acceso a la sanidad, por ejemplo, requiere una redistribución de los recursos. No es por casualidad que los países más desiguales, como EEUU, sean también los que tienen menos universalidad en su acceso a los derechos sociales. El principio básico (que el término “esencia” intenta ridiculizar) de que “cada uno reciba los servicios y recursos según su necesidad –basado en el principio de que cada uno tenga acceso a poder resolver su necesidad-, y ‘de cada uno según su capacidad’ (y los recursos que tenga)”, era tan válido cuando se estableció el socialismo en democracia –la socialdemocracia- como lo es ahora.
Algo parecido ocurre con los derechos políticos. En los países que se consideran democráticos, la universalidad de los derechos políticos está claramente mermada por la existencia de grandes desigualdades. EEUU es un ejemplo de ello. Las enormes concentraciones de la riqueza y su dominio del proceso político violan el proceso democrático.
Basado en estos datos, que son robustos e incuestionables, aconsejaría a aquellos partidos que “recuperaran sus esencias”, abandonadas desde hace tiempo, causando su enorme crisis. Renovar los planteamientos, necesarios para adaptarlos a los tiempos que vivimos, no puede hacerse a base de abandonar lo que la socialdemocracia fue y debería continuar siendo. Es relativamente fácil ver por qué la socialdemocracia está en profunda crisis, como también es relativamente fácil ver qué es lo que debería haber hecho cuando gobernaba y no se hizo. El abandono de sus esencias y su adaptación al neoliberalismo creó una enorme concentración de poder financiero y económico que ha dominado la vida política y mediática de los países, incluyendo España. Es imposible recuperar la democracia sin eliminar tal concentración de poder económico, financiero y mediático existente hoy en España. La realidad de este hecho es evidente. Lo que ocurre es que la socialdemocracia no se atreve a enfrentarse con los poderes fácticos, pues actualmente existe un maridaje entre sus profesionales del poder y estos grupos. Pero esto es materia para otro artículo.

Una sobredosis de dolor





NUEVA YORK, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -


España podría ser la próxima economía de la zona euro en caer por culpa de la “mala gestión” de la crisis de deuda liderada por Alemania, según afirma ‘The New York Times’ en un editorial titulado ‘Una sobredosis de dolor’, en el que reclama un mayor apoyo al crecimiento y menos medidas de austeridad.


El diario estadounidense considera que no es necesario llegar a esta situación, pero cree que esto podría ocurrir a menos que la canciller alemana Angela Merkel y sus aliados políticos dentro y fuera del país reconozcan que ningún país puede pagar sus deudas “asfixiando el crecimiento económico”.


En su opinión, la austeridad, la “cura prescrita” por Merkel para todo, no está funcionando en ninguna parte. Así, remarca que, después de semanas de calma engañosa y a pesar de las inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo (BCE), los países han vuelto a la recesión, el paro está subiendo y las previsiones de déficit están empeorando. “Los mercados de deuda están especialmente nerviosos por España e Italia, dos de las mayores economías de Europa”, añade.


En el caso de España, recuerda que está “sacudida” por una tasa de desempleo cercana al 25%, pero cree que podría alcanzar “niveles más altos de miseria” por la austeridad recogida en los presupuestos presentados por el Gobierno español después de que la Unión Europea (UE) rechazara sus peticiones para una mayor flexibilidad fiscal.


El diario considera que los objetivos de déficit del 5,3% para 2012 y del 3% para 2013 son “probablemente inalcanzables”, incluso si cumple de forma rigurosa su “duro presupuesto”, ya que las previsiones más optimistas esperan que la economía española se contraiga casi un 2% este año.


“Y cuanto más se contraiga el PIB de España, más caerán los ingresos, requiriendo unos mayores recortes presupuestarios. Se trata de un ciclo destructivo siempre a la baja”, alerta.


‘The New York Times’ cree que, dado que cada economía europea tiene problemas diferentes, necesitan diferentes remedios. En el caso de España, la deuda del sector público es de las más bajas, pero tiene que reducir la deuda privada lastrada por el estallido de la burbuja inmobiliaria, que hizo además que los bancos recurrieran al apoyo del Gobierno.


LAS “MALAS” MEDIDAS DE RAJOY.


En su opinión, al no contar con buenas opciones para lograr reducir el déficit, Rajoy ha propuesto una serie de “malas medidas”, como recortar la inversión pública necesaria para mejorar la competitividad, las políticas activas de empleo o la sanidad y la educación. “Estafar a la fuerza de trabajo de mañana para pagar por la burbuja inmobiliaria de ayer no tiene sentido económico”, defiende.


En esta línea, considera que estos “dañinos recortes” podrían haberse evitado si Merkel y sus socios hubieran reconocido que restaurar la competitividad del débil Sur de Europa requiere “más inversión en reformas y crecimiento y una focalización menos obsesiva en la aritmética del déficit a corto plazo”.


Editorial NYT:

http://www.nytimes.com/2012/04/13/op...n.html?_r=2&hp

lunes, abril 09, 2012

Democracia y socialismo: Rosa Luxemburgo



Daniel Campione


Rebelión

La relación entre democracia y socialismo ha sido objeto de discusión en los últimos años, en gran medida desde el enfoque de que la propia idea de revolución social y toma del poder por los trabajadores ya es perversa e intrínsecamente antidemocrática. El socialismo sería así inapto para dar lugar a cualquier avance de la democracia. Por el contrario, conduciría necesariamente a su abrogación. Sólo el funcionamiento de las instituciones parlamentarias podría así ser el camino para el surgimiento y consolidación de la vida democrática, a lo que muchos suman la existencia del libre mercado como sustrato económico social imprescindible de la misma. Rosa Luxemburgo, del mismo modo que Gramsci, entre otros, han sido tomados a menudo como ejemplos de reivindicación de las instituciones parlamentarias dentro de la tradición comunista, lo que es insostenible en ambos casos.
El objetivo de este trabajo es indagar en la concepción acerca de la democracia y sus relaciones con el socialismo que se halla contenida en los escritos de Rosa Luxemburgo, sobre todo los referidos a la revolución rusa, a lo que sumaremos una referencia bastante más breve al pensamiento gramsciano sobre el tema, para esbozar luego algunas conclusiones aplicables al presente.
Las posiciones de R.L en torno al proceso soviético no deberían ser presentadas de forma simplificada, como un completo apartamiento y una impugnación en bloque de toda la experiencia bolchevique, y del pensamiento de Lenin en su conjunto. Sin embargo, algunos autores asi lo han sostenido, procurando reivindicar a R.L como pensadora del “socialismo democrático” a partir de una versión a su vez caricaturizada del pensamiento y la acción de Lenin: “...en sus amonestaciones a los militantes alemanes, hay nada menos que un repudio a la concepción leninista de la revolución, según la cual el poder se debe tomar y conservar por todos los medios cuando las circunstancias de la historia lo ofrezcan a una vanguardia, así sea muy pequeña pero bien organizada y convencida de que encarna los intereses de las masas...” [1]
Rosa hace las observaciones al régimen emanado de Octubre, en su momento inicial, en abierta crítica al modo de entender la democracia proletaria por parte de Lenin y Trotsky.
Pero eso no la lleva a renegar del proceso revolucionario, ni a abandonar la idea de la necesidad de una transitoria “dictadura” del proletariado hasta ayer oprimido. La “defensa de la revolución” frente a intervenciones extranjeras, alzamientos armados en el interior y todo tipo de atentados y sabotajes, no es una preocupación menor para la dirigente de Spartacus.

Democracia burguesa, democracia proletaria y crítica de la revolución rusa.
Ella defenderá siempre al objetivo final de la “sociedad sin clases ni estado” como el factor distintivo del socialismo frente a las posiciones democráticas e incluso radicales surgidas en el seno de la burguesía,[2] y el inmodificable carácter clasista del Estado en la sociedad capitalista, mas allá de la adopción de políticas que favorecen intereses más amplios que los de la clase dominante:
“El Estado existente es, ante todo, una organización de la clase dominante. Asume funciones que favorecen específicamente el desarrollo de la sociedad porque dichos intereses y el desarrollo de la sociedad coinciden, de manera general, con los intereses de la clase dominante y en la medida en que esto es así. La legislación laboral se promulga tanto para servir a los intereses inmediatos de la clase capitalista como para servir a los intereses de la sociedad en general. Pero esta armonía impera sólo hasta cierto momento del desarrollo capitalista...” [3]
La evolución en sentido democrático, la legitimación por el voto popular de los gobiernos, no modifica esta situación, lo mismo que las formas representativas parlamentarias, que ahondan las contradicciones del capitalismo, sin dejar de “reflejar” la división clasista de la sociedad.
La “burguesía y sus representantes estatales” sólo dejan sobrevivir las formas democráticas hasta el punto en que se tiende a radicalizar eficazmente su contenido democrático, a erigir a las instituciones políticas en una fortaleza de lucha contra la sociedad dividida en clases. Si ese caso se produce, tanto los capitalistas como la dirigencia política no sacrificarán la propiedad privada y sus corolarios, sino las formas democráticas “...apenas la democracia tiende a negar su carácter de clase y transformarse en instrumento de los verdaderos intereses de la población, la burguesía y sus representantes estatales sacrifican las formas democráticas.”[4] Estas afirmación de Rosa se ha visto largamente corroborada a lo largo del siglo XX. Cuando perspectivas anticapitalistas logran superar los “filtros” y “mallas de protección” que coloca el sistema, y arriban en todo o en parte al poder estatal, las clases dominantes no trepidan en desechar las reglas democráticas y desencadenar el derrocamiento violento de quiénes desafían su predominio. Desde la República española al Chile de la Unidad Popular, han sido claros testimonios en ese sentido.
La crítica democrática a la revolución rusa marca la diferenciación de R.L con la tradición leninista en formación. Es insoslayable tener en cuenta que se inserta en un abordaje respetuoso del proceso revolucionario ruso, que lo examina a la luz de una posición de defensa de la puridad de los ideales socialistas, pero defendiendo el proceso revolucionario ruso como una perspectiva globalmente positiva para el movimiento obrero y socialista a escala mundial.
Para R.L queda claro que la democracia no es un valor instrumenta desde el punto de vista del socialismol, sólo estimado como una forma de crear mejores condiciones para el advenimiento de un proceso revolucionario de orientación socialista. En esa concepción, las libertades públicas y los derechos individuales serían armas para defender a la acción política proletaria de la persecución de la burguesía y desplegar con más amplitud su propaganda y su capacidad de movilización. Ese valor “táctico” desaparecería, por definición, si fuera el mismo proletariado el que está en el poder, y las libertades “burguesas” tendrían poco que hacer frente al imperio de nuevas libertades, de raíz “proletaria”, definidas sobre todo en el terreno económico y social, y más imprecisas en el campo político. Para R.L, por el contrario, la democracia es un valor sustancial, permanente. Ello no debe entenderse en el sentido general y abstracto propio de la tradición liberal, en el que la universalización de la ciudadanía y el voto basta para constituir una entidad política en “democrática”. Como hemos visto, R.L tiene claro el carácter de clase del Estado, y la función que en relación con ese carácter cumple la democracia parlamentaria.
La crítica de Rosa está configurada como advertencia a los riesgos derivados de una revolución proletaria que, en defensa del proceso revolucionario, suprime derechos y libertades incluso para los miembros de la clase que esa revolución encarna. Dice en relación con la disolución de la Asamblea Constituyente:: “...el remedio que encontraron Lenin y Trotsky, la eliminación de la democracia como tal, es peor que la enfermedad que se supone va a curar; pues detiene la única fuente viva de la cual puede surgir el correctivo a todos los males innatos de las instituciones sociales. Esa fuente es la vida política, sin trabas, enérgica, de las más amplias masas populares.”[5]
A lo que apunta Rosa es a un verdadero gobierno de las mayorías, imposible de desplegar en coexistencia con una estructura social capitalista, pero que a su vez necesitará de una prolongada y laboriosa construcción en un marco de poder proletario. La “actividad política de las masas trabajadoras” es el presupuesto necesario para que asuman efectivamente la iniciativa política y con ella la construcción de una democracia sustantiva.[6]
La carencia de ámbitos de libre debate, de espacio y facilidades para el surgimiento y consolidación de organizaciones autónomas de las clases subalternas, equivale a negar en la práctica ese “entrenamiento y educación política de toda la masa del pueblo” como elemento vital para ejercer la “dictadura proletaria”. Dictadura proletaria, para R.L es un concepto a aplicar exclusivamente sobre la burguesía supérstite, nunca dictadura del estado-partido sobre el conjunto de la sociedad, incluyendo en primer lugar al propio proletariado.
La denuncia de los límites de la igualdad y la libertad formales, de la amplia compatibilidad de la vigencia de las libertades públicas con el reinado de la opresión clasista, no puede equivaler para la socialista polaca a despreciar a aquéllas, por el contrario, exige que el socialismo se proyecte siempre en dirección a su ampliación, tanto en su alcance normativo como en su vigencia social efectiva.
Rosa sitúa así a la amplitud del espacio para la iniciativa popular como piedra de toque para considerar el sentido último de un proceso político. Sino estaríamos ante algo similar a lo que Gramsci denomina “revolución pasiva”, que puede realizar un programa en apariencia muy similar que un proceso revolucionario auténtico, impulsado desde abajo, pero cuyos resultados en términos de iniciativa y autonomía populares son diversos y hasta opuestos. La patética paradoja de la supresión de la organización autónoma de sindicatos obreros, o la prohibición de las huelgas; todo en nombre del “poder proletario” es sólo la más escandalosa de las chirriantes paradojas al que la remisión de las masas a un rol político pasivo puede conducir en un proceso cuyo objetivo proclamado es la emancipación de las masas y el socialismo.
Más en general, R.L está criticando la entronización de una razón instrumental que termina obturando el camino hacia el objetivo en nombre del cual se utilizan medios “realistas” en la mirada de coyuntura, pero descabellados en una perspectiva estratégica. La supresión del debate y la pluralidad no puede llevar a la construcción de un orden libre, el disciplinamiento forzado, y el silenciamiento de las disidencias no pueden ser nunca una escuela política que forme en la libre iniciativa, en la autonomía en la toma de decisiones.
Por eso critica también la posición leninista de la “inversión”: El estado de los trabajadores es el Estado capitalista “puesto cabeza abajo” según Vladimir Ilich.[7] Para Rosa, esto es inadmisible, ya que la construcción de un nuevo poder no se caracteriza por el propósito de oprimir a los restos de la minoría explotadora, sino por la finalidad de autoliberación de la mayoría hasta ayer explotada.
La educación política ocupa un lugar inmenso en la concepción revolucionaria de R.L. a favor de no creer en una conciencia “preconstituida” que arriba a los trabajadores desde intelectuales que han hecho una acabada elaboración previa:
“Bajo la teoría de la dictadura (...) subyace el presupuesto tácito de que (para) la transformación socialista hay una fórmula prefabricada, guardada ya completa en el bolsillo del partido revolucionario, que sólo requiere ser enérgicamente aplicada en la práctica.”[8]
Ocurre que R.L cree que largas décadas de vida de los trabajadores en condiciones de explotación y alienación, requieren para ser superadas en la construcción de un orden nuevo, de una “completa transformación espiritual”.[9]
Por tanto, la posibilidad de disidencia, de debate, de expresión de opiniones divergentes, es la que garantiza que se trate de verdadera educación y no de simple “adoctrinamiento”:
La “libertad para el que piensa diferente” aparece así como sustento de la libertad. Toda restricción no puede ser sino por tiempo muy limitado y reducida a lo imprescindible, pero eso deja abierto el problema de la defensa de la revolución frente a sus enemigos de clase, que tienden a actuar de modo implacable, no sujeto a ningún límite ético, como se ha mostrado una y otra vez en la historia. Rosa no da a la libertad sólo un valor de principio, mucho menos abstracto, sino el concreto y práctico de condición previa, de generación de un ámbito propicio para el crecimiento político y cultural de las masas:
“La libertad sólo para los que apoyan al gobierno, sólo para los miembros de un partido (por numeroso que este sea) no es libertad en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa de manera diferente. No a causa de ningún concepto fanático de la “justicia”, sino porque todo lo que es instructivo, totalizador y purificante en la libertad política depende de esta característica esencial, y su efectividad desaparece tan pronto como la “libertad” se convierte en un privilegio especial.”[10]
Un problema que R.L detecta en el proceso revolucionario ruso, es la tendencia a pintar como virtudes, lo que en realidad son medidas de emergencia tomadas en circunstancias harto difíciles, cuando no desesperadas, de invasiones externas, guerra civil y hambre masivo. Y hacer de ellas, en consecuencia, un modelo de acción revolucionaria para todo tiempo y lugar. Agrega que todo lo que sucede en Rusia es comprensible, dadas las terribles circunstancias reinantes allí, el problema es presentarlo como un ideal, como un “modelo a seguir”.[11]
Las 21 condiciones, “demasiado rusas” al decir del propio Lenin, exportarían poco después el modelo de partido construido en la clandestinidad, en una sociedad carente en gran medida de “sociedad civil” y sin organización parlamentaria ni vigencia del sufragio; en la organización partidaria aplicable en todas las latitudes, incluyendo sociedades con amplio desarrollo de parlamento, sindicatos, partidos y organizaciones culturales como Alemania o Francia.
El estancamiento de la formación política de masas, lleva necesariamente a la consolidación de un estrato minoritario, que asume con carácter permanente la conducción del nuevo aparato estatal, y tiende a formar una elite que se desapega progresivamente de la clase que, en la teoría, titulariza el poder: “El control público es absolutamente necesario. De otra manera el intercambio de experiencias no sale del círculo cerrado de los burócratas del nuevo régimen.”[12]
R.L. piensa que nadie más que Lenin es consciente de la necesidad de una transformación espiritual de las masas, de una formación política en gran escala, pero intenta realizarla por medios equivocados, por la imposición forzada de una disciplina implacable. El mal parte de la propia vida de fábrica, dónde R.L. señala la existencia de un poder dictatorial de la supervisión, proyección de la descaminada concepción que parece presidir la construcción del nuevo estado proletario:
“Los decretos, la fuerza dictatorial del supervisor de fábrica, los castigos draconianos, el dominio por el terror, todas estas cosas son sólo paliativos. El único camino al renacimiento pasa por la escuela de la misma vida pública, por la democracia y opinión pública más ilimitadas y amplias. Es el terror lo que desmoraliza.”[13]
¿Cómo debe desenvolverse la vida pública en el socialismo? Rosa es tajante: Elecciones generales, irrestricta libertad de prensa y reunión, libre debate de opiniones... Lo contrario es la muerte de la vida política y la entrega del poder, por omisión, a una burocracia formada por unos pocos dirigentes, con una parte de la clase obrera sometida al rol de “órgano de aclamación”, habilitados únicamente para aprobar por unanimidad las decisiones de los jefes.[14]
El poder predictivo de estas descripciones, que se harían plenamente realidad bajo el predominio omnímodo de Stalin, resulta estremecedor. Lo único que no aparece previsto es la concentración del poder en una sola persona, habilitada en la práctica para manejar, destruir y recomponer a la sociedad toda, e incluso a la burocracia dirigente. Todo el resto es una acertada anticipación de los regímenes basados en el “partido único” marxista leninista, y del soviético en particular.
Bien entendido, todo lo anterior no debe interpretarse como un rechazo conceptual a la idea de dictadura proletaria. Por el contrario, para R.L el proletariado necesita “ejercer una dictadura”, pero mediante mecanismos que extiendan el poder coercitivo al conjunto de la clase “no a un partido o camarilla”. “...esta dictadura debe ser el trabajo de la clase y no de una pequeña minoría dirigente que actúa en nombre de la clase; es decir, debe avanzar paso a paso partiendo de la participación activa de las masas; debe estar bajo su influencia directa, sujeta al control de la actividad pública; debe surgir de la educación política creciente de la masa popular.”[15]
Dictadura de la clase oprimida sobre las antiguas clases opresoras, pero que para ella no misma no puede significar otra cosa que una “democracia sin límites”.[16]
R.L no reivindica en absoluto la democracia burguesa, a la que ve como una forma encubridora del contenido de desigualdad social de las sociedades capitalistas. Pero su punto de vista es que la libertad e igualdad formales no deben ser repudiadas, sino tomadas como base para marchar hacia una conquista del poder político en que se instaura una democracia cualitativamente superior, sin eliminar sino en cierta forma completando la concepción democrática de la era burguesa.[17]
Y esa democracia socialista no es algo que comienza después de construidas las bases de la economía socialista, sino que debe desarrollarse simultáneamente a la construcción del socialismo:
“...la democracia socialista no es algo que recién comienza en la tierra prometida después de creados los fundamentos de la economía socialista, no llega como una suerte de regalo de Navidad para los ricos...La democracia socialista comienza simultáneamente con la destrucción del dominio de clase y la construcción del socialismo. Comienza en el momento mismo de la toma del poder por el partido socialista. Es lo mismo que la dictadura del proletariado.”[18]

En la dicotomía “socialismo o barbarie” se plantea no sólo el rechazo al mundo de mercantilización desenfrenada, egoísmo universal y destrucción del ser humano en aras de la rentabilidad para el capital, sino también a la “brutalización de la vida política” susceptible de ocurrir en una dictadura ejercida, también “sobre el proletariado”, y la consecuente concentración del poder en una camarilla estrecha que expropia a las masas de toda facultad de decisión en nombre de la mejora de su nivel de vida. En fin, de lo que está en contra Rosa, es también de la posibilidad de que la barbarie sea entronizada en nombre del socialismo.
El planteo crítico de Rosa no es “equidistante”. Ella está alineada con los socialistas que apostaron a una revolución socialista en Rusia, y contra aquéllos que enviaron al proletariado a la masacre, en defensa de las burguesías de sus países. Lo que señala son tendencias negativas que podrían constituir la base para frustrar todo el proceso, o conducirlo a un lugar bien distinto de la ruta de liberación social que se ha trazado. Y la indispensable construcción simultánea y en conjunto del reino de la libertad y la igualdad universales y la dirección socialista del proceso económico en base a una propiedad efectivamente colectiva de los medios de producción. Un aspecto no existe sin el otro.

Muy breve excursión gramsciana

Gramsci tiene afinidad con el pensamiento de Rosa, pese a que varias de las referencias explícitas a ella en los Cuadernos tienden a polemizar con la visión de R.L en torno a la relación entre crisis económica y transformación política, que Gramsci visualiza como mucho más mediada. Esto se manifiesta con claridad en la consideración del centralismo democrático y del rol de partido proletario y sus métodos de conducción, que se acerca a los planteos de Rosa, no en el sentido de la crítica desde el inicio a la concepción bolchevique del poder político y el desarrollo socialista, sino en su planteo de no aplicación de esa concepción a “Occidente”, ámbito en el que ya no sería posible el “asalto al poder”, sino la estrategia prolongada y difícil de la “guerra de posiciones”.
En su peculiar lenguaje, al referirse a la dictadura del proletariado, admite la necesidad de unl período de “estadolatría”, es decir de iniciativa predominante por parte de los nuevos ocupantes del aparato estatal:
“Para algunos grupos sociales, que antes de acceder a la vida estatal autónoma no han tenido un largo período de desarrollo cultural y moral propio e independiente, [...] un período de estadolatría es necesario e incluso oportuno...”[19]
Pero ese rol estatal adquiere sentido en cuanto vía para el fortalecimiento de la “sociedad civil” y la consiguiente elevación política de las masas:
“esta estadolatría no es más que la forma normal de “vida estatal”, de iniciación, al menos, en la vida estatal autónoma y en la creación de una “sociedad civil” que no fue históricamente posible crear antes del acceso a la vida estatal independiente. “[20]
Por tanto, su condición ineludible es la provisoriedad, la limitación en el tiempo, hasta que el impulso al autogobierno cobre el predominio en el interior de la nueva vida estatal:
“...no debe ser abandonada a sí misma, no debe, especialmente, convertirse en fanatismo teórico y ser concebida como “perpetua”; debe ser criticada precisamente para que se desarrolle y produzca nuevas formas de vida estatal, en las que la iniciativa de los individuos y grupos sea “estatal” aunque no se deba al “gobierno de funcionarios” (hacer que la vida estatal se vuelva “espontánea”)[21]
La preocupación por el afianzamiento de un pequeño núcleo que sofoca desde arriba el debate, está presente con frecuencia en los Cuadernos.. Su mirada puede ser incluso más precisa que la de R.L, en tanto que G. está asistiendo al comienzo de la instauración del stalinismo. Lo describe como un proceso de distorsión del “centralismo democrático”, que va perdiendo su “continua adecuación al movimiento histórico real”, para ser reemplazado por lo que denomina el “centralismo burocrático”, sistema en el que una pequeña minoría comienza a convertirse no en estímulo y orientación, sino en freno para las iniciativas y el crecimiento político que parten de “abajo”:
“...en los Estados el centralismo burocrático indica que se ha formado un grupo estrechamente privilegiado que tiende a perpetuar sus privilegios regulando e incluso sofocando el nacimiento de fuerzas contrariantes en la base...”lo que indicaría que “...el grupo dirigente está saturado y convirtiéndose en una camarilla estrecha que tiende a perpetuar sus mezquinos privilegios regulando o incluso sofocando el nacimiento de fuerzas contrarias, aunque estas fuerzas sean homogéneas a los intereses dominantes fundamentales. ”[22]
Gramsci no atribuye este proceso, lo mismo que Rosa, a un impulso perverso de la minoría predominante, sino a la falta de capacidad de iniciativa y dirección de las bases:
"En todo caso hay que señalar que las manifestaciones morbosas del centralismo burocrático se han producido por deficiencias de iniciativas y responsabilidad en la base, o sea por el primitivismo político der las fuerzas periféricas..."[23]

También Gramsci muestra un poder predictivo notable en cuanto a la evolución posterior del “socialismo real”, al mismo tiempo que delinea una relación ideal entre masas populares, partido y estado proletario, en que es el impulso de “abajo” el que da el tono y carácter a la revolución. También para G. la democracia es un valor intrínseco para la transformación socialista y la elevación a la “vida estatal” de las clases subalternas. La “revolución pasiva” no parece ser sólo una asunción por la clase dominante de los objetivos de las subalternas, sino el desprendimiento de un núcleo que usurpa mediante la práctica y la doctrina “estadolátrica” la revolución iniciada “desde abajo”.
Explorando América Latina (A modo de breve conclusión)
La discusión sobre democracia y socialismo necesita ser sacada del punto muerto en que por un período la colocó la disolución de la URSS y la evolución en sentido de restauración del capitalismo de lo que fue el antiguo “bloque socialista”. La concepción hegemónica sobre el tema desde entonces podría resumirse en dos creencias: 1) Todo experimento para acabar con el capitalismo y construir una sociedad basada en la propiedad colectiva de los medios de producción y el autogobierno de las masas, ha conducido más temprano que tarde a una dictadura de ribetes totalitarios. 2) Las únicas democracias “realmente existentes” son las construidas sobre la base de las instituciones parlamentarias; por tanto, 3) No hay compatibilidad posible entre democracia política y organización socialista del proceso económico.
Sin embargo, la democracia de consejos y asambleas como alternativa a la democracia parlamentaria, cada vez más mediatizadora y delegativa, ha reaparecido, apuntando con claridad a la conjugación de la vigencia amplia de las libertades civiles, y la pluralidad en el pensamiento, la autonomía en la organización popular y las múltiples modalidades de acción política.
El pensamiento de R.L., formulado al filo del final de la I° Guerra Mundial, constituye una guía para re-pensar, más de ochenta años después, las relaciones entre democracia y socialismo. Ello a partir de su insobornable puesta en primer lugar de la iniciativa política y la capacidad efectiva de decisión que la transición socialista debe conferir a las grandes masas populares, y de la visión de democracia y socialismo como dos caras inescindibles del mismo proceso, no como dos fases sucesivas. Ello apareja la necesidad de garantías contra la entronización de burocracias expropiadoras de la iniciativa popular, o de jefes providenciales que se identificación con la revolución social y con el curso de la historia, sino existe debate democrático. Las salvaguardas contra la usurpación no se establecen mediante cláusulas formales, sino con el funcionamiento de los mecanismos democráticos entendidos como constitutivos e irrenunciables del nuevo sistema, no subsumidos en el voto periódico, ni en la delegación sin mandato explícito ni revocabilidad posible.
Menos aún consiente en la “despolitización” de la noción de democracia en aras de acentuar sus contenidos sociales, de acuerdo a la cual lo decisivo no es tanto quién toma las decisiones sino que sujeto social resulta beneficiario de las mejoras que el proceso de transformación social proporciona. Para ella, el socialismo equivale a una verdadera “explosión democrática”, incompatible con la delegación de poder a una minoría burocratizada. La transición al socialismo requiere una “dictadura”, pero ésta no tiene otro sujeto que la clase en su conjunto, no la “vanguardia” de la clase ni el partido revolucionario. Como escribe un autor de los años 30’ glosando el pensamiento de R.L, “...la democracia resulta ser la base indispensable de la organización socialista.”[24]

Tan pronto como a mediados de los 90’ comenzó a percibirse una “puesta al día”, no ya en la discusión teórica, sino en la práctica política, de la relación entre democracia y perspectiva emancipatoria de las clases subalternas, desatada precisamente en América Latina. Fue el alzamiento de los “zapatistas” en Chiapas, y sus posteriores realizaciones en el campo de la deliberación permanente y el “horizontalismo” de la organización comunitaria, los que marcaron el primer hito significativo, y rompieron el clima del imperio de los “fines”, dominado por la omnipresente prédica acerca de que todo cuestionamiento radical al orden social capitalista y a la representación política parlamentaria constituía un irremisible anacronismo.
La degradación de las instituciones democráticas en los diferentes países latinoamericanos iba camino a convertirlas en meras coberturas de un proceso de concentración de la riqueza, disciplinamiento forzado y pérdida de derechos de los trabajadores, unida a la perenne caída del nivel de vida, los servicios sociales y el nivel de ocupación. Lo que décadas antes había parecido la definitiva entronización del “estado de bienestar”, las “políticas sociales universales” y el “tripartismo” en la decisión de las relaciones entre capital y trabajo, concluyó revelándose como un estadio temporario y reversible, inducido más por el miedo a la revolución social y la competencia entre sistemas propias de la “guerra fría”, que por un arraigo profundo de los derechos económicos, sociales y culturales. El supuestamente superado “capitalismo de libre mercado” volvía por sus fueros, y el sistema de la propiedad privada tornaba a parecerse nuevamente a la descripción que de ellos habían hecho los clásicos del pensamiento socialista, incluida R.L. Al mismo tiempo, un poder capitalista mundial que encontró en un difuso “terrorismo internacional” un enemigo maleable a sus propósitos, procedió a acentuar las restricciones de las libertades civiles, del tránsito de las personas, y a entronizar la vigilancia global, en una práctica que retoma, empeoradas, ciertos rasgos del período de auge de la “guerra fría”.
La reacción frente al aumento ininterrumpido de la desigualdad y la injusticia, dio lugar a la aparición de nuevas organizaciones populares, preocupadas a su vez por lograr un funcionamiento sustancialmente democrático, reacio a cualquier “delegación”. Ellas eran reacias a confiar en cualquier dirección externa al propio movimiento. El deseo de no repetir la experiencia del “socialismo real”, con su dramática realización de las peores previsiones de Rosa Luxemburgo o Gramsci, forman parte de la “partida de nacimiento”, de esas nuevas organizaciones. El cauce tomado por el descontento crecientemente movilizado terminó, en países como Ecuador, Bolivia, Perú y Paraguay, en rebeliones populares que dieron por tierra con gobiernos sólo atentos a los dictados del gran capital, y protagonizaron (y protagonizan) fuertes demandas de una radical renovación de la vida democrática, pero sin por ello impedir que se “suturara” las crisis por los mecanismos institucionales tradicionales. En un proceso histórico de distinta trayectoria y características, la derrota por vía de la movilización popular de masas de un intento de golpe militar en Venezuela, dio lugar a una progresiva radicalización en que tanto el gobierno democrático tomó nota de la inmensa deuda contraída con las aspiraciones mayoritarias, como las organizaciones populares incrementaron su reclamo de autonomía y construcción de un poder social y político diferente.
Paralelamente, las democracias latinoamericanas “realmente existentes” les franquean las vías de acceso al gobierno a aquellos partidos y coaliciones que, aunque de origen socialista, han dejado de constituir una amenaza, como en el caso del PT brasileño y el Frente Amplio uruguayo. Se vuelve a plantear así la impotencia práctica para producir transformaciones decisivas desde la institucionalidad existente, a la vez que la subsistente capacidad de las clases dominantes para hacer funcionales a sus fines fuerzas políticas que antes se le oponían.
El escenario queda abierto a experiencias novedosas de distinto signo, y el debate y la disputa práctica sobre la articulación de “forma” y “contenido”, institucionalidad formal y efectivo poder de decisión, continúa en curso como una de las incógnitas fundamentales a develar, en América Latina y en el mundo.

--------------------------------------------------------------------------------
[1] F. Furet, El pasado de una ilusión. Ensayo sobre la idea comunista en el siglo XX, México, FCE, 1995, p. 103.
[2] “...el objetivo final del socialismo es el único factor decisivo que distingue al movimiento socialdemócrata de la democracia y el radicalismo burgueses, el único factor que transforma la movilización obrera de conjunto de vano esfuerzo por reformar el orden capitalista en lucha de clases contra ese orden para suprimir ese orden...” Rosa Luxemburgo, Obras Escogidas, Buenos Aires, Pluma, 1976. Tomo I, p. 49.

[3] Ïdem, p. 69
[4] Idem, p. 72.
[5] Rosa Luxemburgo, Obras...II, p. 192.
[6] “...la destrucción de las garantías democráticas más importantes para una vida pública sana y para la actividad política de las masas trabajadoras: libertad de prensa, derechos de asociación y reunión, que les son negados a los adversarios del régimen soviético. En lo que hace a estos ataques (a los derechos democráticos) los argumentos de Trotsky ... distan mucho de ser satisfactorios. Por otra parte, es un hecho conocido e indiscutible que es imposible pensar en un gobierno de las amplias masas sin una prensa libre y sin trabas, sin el derecho ilimitado de asociación y reunión.” (p. 195)

[7] “Lenin dice que el Estado burgués es un instrumento de opresión de la clase trabajadora, el Estado socialista de opresión a la burguesía. En cierta medida, dice, es solamente el Estado capitalista puesto cabeza abajo. Esta concepción simplista deja de lado el punto esencial: el gobierno de la clase burguesa no necesita del entrenamiento y la educación política de toda la masa del pueblo, por lo menos no más allá de determinados límites estrechos. Pero para la dictadura proletaria ése es el elemento vital, el aire sin el cual no puede existir.” Idem,...p.. 195

[8] Idem. II, p. 196.
[9] “La vida socialista exige una completa transformación espiritual de las masas degradadas por siglos de dominio de la clase burguesa. Los instintos sociales en lugar de los egoístas, la iniciativa de las masas en lugar de la inercia, el idealismo que supera todo sufrimiento, etcétera.” Idem, p. 197.
[10] Ibidem.
[11] ”El peligro comienza cuando hacen de la necesidad una virtud, y quieren congelar en un sistema teórico acabado todas las tácticas que se han visto obligados a adoptar en estas fatales circunstancias, recomendándolas al proletariado internacional como un modelo de táctica socialista.” ... “...una revolución proletaria modelo en un país aislado, agotado por la guerra mundial, estrangulado por el imperialismo, traicionado por el proletariado mundial, sería un milagro.” Idem, p. 202.

[12] La verdadera emancipación obrera exige un poder político y un partido lanzados a una vida política plena, dirigida todo el tiempo a la elevación política de las masas.[12]

[13] Idem...II, 198.
[14] “Sin elecciones generales, sin una irrestricta libertad de prensa y reunión, sin una libre lucha de opiniones, la vida muere en toda institución pública, se torna una mera apariencia de vida, en la que sólo queda la burocracia como elemento activo Gradualmente se adormece la vida pública, dirigen y gobiernan unas pocas docenas de dirigentes partidarios de energía inagotable y experiencia ilimitada. Entre ellos, en realidad dirigen sólo una docena de cabezas pensantes, y de vez en cuando se invita a una élite de la clase obrera a reuniones donde deben aplaudir los discursos de los dirigentes, y aprobar por unanimidad las mociones propuestas...una dictadura, por cierto, no la dictadura del proletariado sino la de un grupo de políticos, es decir una dictadura en el sentido burgués, en el sentido del gobierno de los jacobinos... esas condiciones deben causar inevitablmente una brutalización de la vida pública: intentos de asesinato, caza de rehenes, etcétera.” Idem, (p. 198.

[15] Idem..., p. 201.
[16] “Dictadura de la clase significa, en el sentido más amplio del término, la participación más activa e ilimitada posible de la masa popular, la democracia sin límites.” Idem, p. 200.

[17] “...siempre hemos diferenciado el contenido social de la forma política de la democracia burguesa; siempre hemos denunciado el duro contenido de desigualdad social y falta de libertad que se esconde bajo la dulce cobertura de la igualdad y la libertad formales. Y no lo hicimos para repudiar a éstas sino para impulsar a la clase obrera a no contentarse con la cobertura sino a conquistar el poder político, para crear una democracia socialista en reemplazo de la democracia burguesa, no para eliminar la democracia.” Idem, p. 201.

[18] Ibidem.
[19] A. Gramsci, Cuadernos de la Cárcel, México, Era- Universidad Autónoma de Puebla , tomo III, p. 282

[20] Ibidem

[21] Ibidem.
[22] Cuadernos V, p. 78.

[24] Lucien Laurat “Un máximo de democracia” en Prefacio a la primera edición de Marxisme contre Dictadure, 1934, transcripto en D. Guerin, Rosa Luxemburg o la espontaneidad revolucionaria, Buenos Aires, 2003, p. 124.